La próstata es una glándula del aparato reproductor masculino que rodea la parte de la uretra por debajo de la vejiga y que tiene como función principal producir el líquido que nutre y transporta esperma (líquido seminal).
Una de las patologías que más suele afectar a este órgano es la hiperplasia benigna de próstata, que consiste en el crecimiento de la glándula prostática. Este agrandamiento provoca una obstrucción en la salida de la vejiga y una dificultad creciente para vaciar la orina que se encuentra almacenada en la vejiga.
Un trastorno relacionado con el avance de la edad
La HBP es una de las patologías más frecuentes en los hombres, pues afecta a más del 50% de los varones a partir de los 50 años, y a casi la totalidad de los octogenarios. Las causas, son muy diversas pues en esta dolencia intervienen condicionantes como los factores genéticos y raciales, el envejecimiento, determinados estilos de vida o los factores hormonales y dietéticos.
"Es una patología benigna del varón adulto que empieza a desarrollarse a partir de los 30-40 años”, explica el doctor Nemesio Prieto, jefe del Servicio de Urología del Hospital Quirónsalud Bizkaia.
Los síntomas
Los primeros síntomas de la hiperplasia prostática benigna empiezan a manifestarse cuando la próstata aumenta de tamaño y obstruye el flujo de orina. Al principio hay dificultades para iniciar la micción y la sensación de no haber completado la micción.
Como la vejiga no se vacía totalmente hay que orinar con más frecuencia, a menudo por la noche y la necesidad de orinar puede hacerse también más urgente. El volumen y la fuerza del flujo de orina pueden reducirse notablemente, con lo que suele aparecer un goteo al final de la micción.
La técnica Rezum
La HBP no siempre requiere un tratamiento, a no ser que produzca síntomas molestos o complicaciones, como infecciones de las vías urinarias, reducción de la función renal, sangre en la orina, cálculos o retención urinaria.
Los síntomas se abordan de forma escalonada. Se comienza con un tratamiento médico y si la sintomatología no se resuelve se opta por otras opciones terapéuticas, como última opción se recurre al tratamiento quirúrgico. “La ablación de próstata mediante vapor de agua, conocida como técnica Rezum, es una opción intermedia entre el tratamiento médico y el quirúrgico. Se trata de una técnica que se realiza de forma ambulatoria, por lo que no requiere ingreso ni anestesia general, es indolora y evita los efectos secundarios de la medicación y la cirugía convencional, como son la falta de eyaculación y la disfunción eréctil.
¿Cómo se aplica?
El jefe del Servicio de Urología del Hospital Quirónsalud Bizkaia detalla cómo se aplica la técnica Rezum, diseñada para paliar los síntomas y devolver al paciente su calidad de vida. “No se trata de una intervención quirúrgica propiamente dicha. Al paciente se le realiza una sedación profunda de no más de 15 minutos. Durante esta sedación se hacen unas punciones en la próstata a través de las cuales se inyecta el vapor de agua con el objetivo de reducir el tamaño de la glándula”, indica.
“En los días y semanas posteriores este vapor de agua va haciendo su efecto, que consiste en destruir el tejido. El paciente no tiene que ingresar, puede irse a casa el mismo día del procedimiento con una sonda urinaria, ya que la irritación que se produce no le va a permitir tener una vida cómoda los días siguientes. La sonda se retira entre 3 y 7 días después de realizar la técnica”, añade el urólogo.
Resultados progresivos
Los resultados, sin embargo, no son inmediatos. Es un proceso progresivo cuyos resultados comienzan a constatarse un mes después de su aplicación. “A partir del mes se notará la mejoría y cuando se llega a los tres meses el resultado es pleno. Se consigue una mejoría sintomática en más de un 80% de los pacientes”. explica el doctor Nemesio Prieto.