La dermatitis atópica (DA) es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel que combina sarpullidos enrojecidos y secos que derivan en una sensación constante de picor intenso y persistente (prurito), situación que reduce gravemente la calidad de vida de los pacientes afectados.
Esta patología la sufren sobre todo bebés y niños, aunque puede afectar a personas de todas las edades. En los casos más extremos, puede extenderse a la piel de todo el cuerpo. Generalmente, esta afección comienza antes de los cinco años y puede continuar hasta la adolescencia y la edad adulta.
Síntomas
Puede aparecer en cualquier zona corporal, y, dependiendo de la edad y la persona, los eccemas también podrán significarse con piel agrietada, drenaje de líquido, costras, engrosamiento cutáneo, piel en carne viva y el oscurecimiento de la epidermis que rodea a los ojos.
Como consecuencia de ello, “el paciente tiende a rascarse de forma compulsiva, por lo que acaban apareciendo eccemas", explica la doctora Libe Aspe, especialista en Dermatología del Hospital Quirónsalud Vitoria.
Aunque se tiende a restarle importancia, los pacientes de dermatitis atópica sufren graves problemas de sueño, se ven abocados al absentismo laboral y sus relaciones personales, familiares y sociales no funcionan con normalidad.
Recomendaciones del Hospital Quirónsalud Vitoria
1. Consulta a un dermatólogo para obtener un diagnóstico preciso de tu tipo de piel y recomendaciones específicas tanto para el cuidado rutinario, como el tratamiento para los brotes.
2. Una correcta higiene es esencial entre otras cosas para eliminar las bacterias presentes en la piel que pueden empeorar o provocar un brote de dermatitis. Se recomienda un baño diario de corta duración, evitando el agua muy caliente (siempre por debajo de 40ºC). Utiliza un limpiador suave y sin perfume, son especialmente interesantes los jabones ‘syndet’ y los aceites limpiadores. Seca la piel con cuidado, con toallas preferiblemente de algodón, evitando friccionar y arrastrar.
3. La hidratación es el pilar fundamental sobre el que se basa el cuidado de la piel atópica. Aplica una crema hidratante adecuada para tu tipo de piel, especialmente después del baño, y repite aplicaciones a lo largo del día en caso de necesitarlo.
4. El calor no es bien tolerado por los pacientes atópicos, ya que provoca una mayor sudoración, irritación, y picor. Es por eso importante el uso de prendas que transpiren correctamente. Evita el ejercicio intenso cuando surjan brotes de dermatitis, ya que la sudoración lo empeora.
5. El frío también puede provocar exacerbaciones, especialmente cuando afecta a las manos; por lo que se recomienda evitarlo en la medida de lo posible y emplear guantes.
6. La radiación ultravioleta puede ayudar a disminuir los síntomas, pero siempre empleando todos los días un protector solar adecuado con un alto factor de protección (SPF).
7. El estrés puede empeorar los problemas de piel, así que busca formas de manejarlo. Es importante también tener un descanso adecuado.
8. Toda ropa en contacto con la piel debe ser preferiblemente de algodón. Evitar los tejidos de lana y de fibra sintética. Lavar la ropa antes de utilizarla por primera vez, y eliminar las etiquetas, ya que producen fricción e irritación. Emplear un detergente suave o jabón no detergente para la colada, realizar un doble aclarado y evita el uso de suavizante.
9. No se debe eliminar ningún tipo de alimento de la dieta, salvo que haya una alergia demostrada. El uso de probióticos parece ser beneficioso, pero aún sin una clara evidencia científica.
10. Si el brote es más severo de lo habitual y el tratamiento tópico no es suficiente, puede estar indicado pautar medicación "sistémica" (oral o inyectada) admonistrada por un especialista.