En la constante búsqueda por comprender y combatir el cáncer, los avances en oncología y estudios genéticos están desempeñando un papel importantísimo en la prevención y tratamiento de esta temida enfermedad. Prueba de ello es que cada vez se amplía más el conocimiento sobre los factores ambientales y genéticos que pueden aumentar el riesgo de desarrollar distintos tipos de cáncer.
Factores externos, como la alimentación, el sedentarismo y el tabaquismo, “pueden modificar genes a través de procesos epigenéticos, lo que subraya la relevancia de adoptar un estilo de vida saludable para reducir el riesgo de esta enfermedad y confirman la importancia de los hábitos de vida en la predisposición al cáncer”, señala el doctor Guillermo López Vivanco, Jefe de Servicio de Oncología Médica del Hospital Quirónsalud Bizkaia.
El factor hereditario
Por otro lado, el análisis genómico del cáncer ha permitido identificar características moleculares específicas de distintos tipos de tumores, ofreciendo una visión dinámica de su evolución. Esto plantea la posibilidad de detectar el cáncer en etapas tempranas, especialmente en casos de cánceres hereditarios, que representan entre el 10% y el 15% de los tumores.
Este tipo de cáncer es la consecuencia de mutaciones en genes concretos que incrementan el riesgo de padecerlo entre los miembros de una misma familia. “Esto ha motivado a los profesionales de oncología a poner en marcha las unidades de consejo genético, donde realizamos estudios de la familia, orientamos en cuanto a posibles opciones y llevamos un seguimiento estricto de forma preventiva”, confirma el doctor López Vivanco. “En algunos casos, como el cáncer de mama u otros, se puede indicar una cirugía profiláctica extirpando el órgano y evitando así la aparición de la enfermedad”, añade el especialista.
La aportación de las nuevas tecnologías
En cuanto al tratamiento del cáncer, el objetivo primordial es alcanzar la curación siempre que sea posible. Aunque los avances en oncología han sido significativos, es importante considerarlos a largo plazo para evitar crear expectativas poco realistas.
Sin embargo, el uso de herramientas como el Big Data y la Inteligencia Artificial está revolucionando el campo de la oncología al permitir un tratamiento más personalizado y eficiente. Estas tecnologías facilitan la recopilación, procesamiento y análisis de datos, lo que ayuda a definir perfiles de pacientes y a seleccionar tratamientos con mayor probabilidad de éxito. Toda esta información, en opinión del oncólogo del Hospital Quirónsalud Bizkaia, “nos permitirá dibujar el perfil del paciente y ser mucho más eficientes en el tratamiento.”
Nuevas formas de enfrentar el tumor
Los estudios y ensayos clínicos también están evolucionando, con un enfoque en la reducción del tamaño de las muestras necesarias y en la mejora del índice terapéutico de los medicamentos. Esto significa que se busca maximizar la eficacia de los tratamientos mientras se minimizan los efectos secundarios y la toxicidad asociada, en contraposición a la quimioterapia convencional.
“El futuro de la oncología irá de la mano de estas herramientas y nos permitirá prescribir el tratamiento con una alta probabilidad de un resultado favorable y esto es sumamente importante, porque, además, nos pueden orientar en cuanto qué pacientes pueden no ser candidatos para un fármaco concreto porque no van a tener ningún beneficio, concluye el oncólogo.