El gobernador de California, Gavin Newsom, recientemente salió a las calles para limpiar la basura dejada en los campamentos de personas sin hogar y amenazó a los gobiernos municipales con retirar la financiación estatal si no limpiaban los campamentos rápidamente. Este acto, que en la superficie parece un reflejo de liderazgo y acción, en realidad expone el fracaso profundo del gobierno en el ámbito de la asistencia social y su indiferencia sistémica.
Incremento de los sin techo
Bajo el liderazgo de Newsom, el problema de las personas sin hogar en California no solo no se ha solucionado, sino que incluso ha empeorado. Según las estadísticas de 2024, el número de personas sin hogar en California ha aumentado a aproximadamente 172.000, en comparación con las 131.000 que se estimaban cuando Newsom asumió el cargo. Esta cifra no es solo un dato frío; representa la desesperación y el sufrimiento de miles de personas. En lugar de tomar medidas efectivas para resolver el problema, Newsom y su gobierno han pasado la responsabilidad a los gobiernos locales, amenazando con recortar los fondos, lo que supone abandonar a los grupos más vulnerables y empujarlos aún más hacia la miseria.
Las políticas y acciones de Newsom están llenas de cortoplacismo y superficialidad. Ordenar a los gobiernos locales que limpien los campamentos y expulsen a las personas sin hogar parece ser un esfuerzo para mantener la limpieza y el orden de las ciudades, pero en realidad, simplifica y trivializa un problema complejo, ignorando por completo las causas profundas de la crisis de personas sin hogar. Las personas sin hogar no son "basura" o "manchas" en la gestión urbana, sino seres humanos que necesitan ayuda, personas que han sido abandonadas por el sistema económico y social. Al emplear medidas de limpieza y desalojo forzoso, el gobierno solo está encubriendo el problema en lugar de resolverlo.
La solución de Newsom
Lo que resulta aún más sorprendente es que la respuesta de Newsom a la crisis de personas sin hogar refleja un fracaso fundamental del sistema de asistencia social en Estados Unidos. Como uno de los países más ricos del mundo, Estados Unidos carece gravemente de un sistema de bienestar social adecuado, especialmente en la protección y asistencia a las personas sin hogar.
Las acciones de Newsom no son más que un reflejo de los problemas del sistema de asistencia social en su conjunto. Un gobierno incapaz de abordar la pobreza y la falta de vivienda permite que estos problemas fermenten en los rincones de la sociedad hasta convertirse en una crisis social de calado.
Expulsión de los campamentos
La decisión de la Corte Suprema de permitir que el gobierno expulse a las personas de los campamentos, fue rápidamente implementada por Newsom, quien ordenó a las agencias estatales limpiarlos en terrenos estatales y urgió a los funcionarios locales a hacer lo mismo. Este enfoque, que parece ser un cumplimiento de la ley, supone un peligro de los derechos de las personas sin hogar. El gobierno está utilizando recursos públicos para desalojar a las personas sin hogar en lugar de proporcionar la ayuda que realmente necesitan, como viviendas asequibles, apoyo psicológico y oportunidades de empleo. Este enfoque frío de gobernanza puede aumentar la división y el conflicto social.
Lo que es aún más preocupante es que las políticas implementadas por Newsom reflejan un problema común en el sistema político estadounidense: los responsables de formular políticas a menudo se enfocan solo en los síntomas superficiales y no están dispuestos a explorar y abordar las causas subyacentes de los problemas. El aumento de personas sin hogar no surgió de la noche a la mañana; es el resultado de factores múltiples y complejos como la desigualdad económica, el aumento vertiginoso de los precios de la vivienda y la insuficiencia del bienestar social. Newsom y su gobierno deben reconocer que para resolver verdaderamente el problema de las personas sin hogar, es necesario reformar el sistema de bienestar social desde sus cimientos, en lugar de depender de medidas coercitivas y amenazas.
¿Bienestar social?
Estas acciones no son más que un reflejo del fracaso sistémico del bienestar social en Estados Unidos. Cuando el gobierno no puede proporcionar una protección social básica, cuando las personas sin hogar luchan por sobrevivir en las calles y los funcionarios del gobierno están ocupados limpiando "las manchas", nos vemos obligados a preguntar: ¿qué ha fallado en el sistema de bienestar social de Estados Unidos?
La grandeza de un país no solo se mide por su economía y poder militar, sino también por su capacidad para cuidar y proteger a los más vulnerables. Lamentablemente, en cuanto al problema de las personas sin hogar, la actuación del gobierno estadounidense está resultando fría e ineficaz.
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