Es cero turístico, pero precioso: el bonito pueblo cerca de Euskadi en el que puedes dormir en un castillo medieval del siglo XV

En épocas navideñas, los vascos aprovechan las vacaciones o descansos para quedarse en su tierra. Otros, en cambio, buscan excursiones de un día o un par de días en Euskadi o cerca del territorio vasco. El pueblo de Burgos, Olmillos de Sasamón, es ideal para aquellos que buscan algo rápido y no tan lejos. 

Un lugar poco turístico, pero muy conocido entre los propios castellanos por guardar uno de los castillos medievales mejor conservados del Estado y que brinda la oportunidad de dormir, ya que es hotel y restaurante al mismo tiempo. 

Experiencia única en Burgos

El castillo, conocido como el 'castillo de la flor de lis', es un lugar perfecto para aquellos que buscan un remanso de paz. Esta fortaleza del siglo XV y de estilo gótico-isabelino construida por Pedro de Cartagena, es el hotel Señorío de Olmillos de cuatro estrellas. Con un exterior elegante gracias a sus torres, es una de las joyas de la arquitectura. 

El hotel guarda 28 habitaciones (individuales, dobles y suites) cómodas y amplias con una decoración preciosa, cafetería, sala de reuniones y salón-comedor. Cada habitación se encuentra equipada a la perfección, ya que todos los rincones buscan ofrecer comodidad a los huéspedes. 

Además, el hotel complementa el descanso con un interesante patrimonio y oferta cultural. La fortaleza, que se halla rodeada de una hermosa naturaleza y es una de las más bonitas de Castilla y León, como apunta la web oficial de Turismo Burgos, esta construido con sillarejo y bloques enormes en la base.

Antiguamente, disponía de un recinto exterior con tres torres pequeñas en las esquinas y dos más grandes donde estaba la entrada, pero no "se conserva nada". El recinto interior hoy alberga una barbacana con dos cubos al norte y en el sur guarda un par de torres cuadradas, de las cuales una es "muy saliente, abovedada y de época algo posterior utilizada como caballeriza". En toda la superficie se abren saeteras y troneras para que el interior disponga de luz.

Entrada del castillo. Hotel Olmillos de Sasamón

El castillo guarda un cuadrado atravesado por un muro. Una de las partes contiene un patio de armas con entrada desde la barbacana y que se comunica con la torre-caballeriza. Se puede acceder a través de una puerta ojival abierta "en el lienzo sur y defendida por un balcón amatacanado".

La otra parte del cuadrado atravesada por el muro era una residencia señorial con varios pisos ya desaparecidos. Esta albergaba un semisótano, un primer piso, un segundo y la terraza y el paseo de ronda encima. "La techumbre era de madera labrada. Al Oeste había una escalera de caracol (husillo) que comunicaba las diferentes plantas", explica.

Una de las habitaciones. Hotel Olmillos de Sasamón

El castillo cuenta con almenado, "unos bonitos matacanes circulares coronando sus cubos y unos airosos garitones volados en dos de sus esquinas". Estos permitían "observar y hostigar" al enemigo. "Estos garitones se apoyan en triple modillón con canes que ensanchan el adarve, pero no dejan espacio para la apertura de aspilleras (aberturas largas y estrechas en un muro para disparar por ellas)".

Según señala Turismo Burgos, este fue declarado en 1949 Bien de Interés Cultural y este perteneció al señorío de los Cartagena en los siglos XV-XVI. Debido a la falta de descendencia masculina, este pasó a "los vizcondes de Valoria (XVII y XVIII) y a los duques de Gor (XIX)". 

Comedor. Hotel Olmillos de Sasamón

"A comienzos del siglo XIX, en concreto el 22 de julio de 1812, los guerrilleros de Santos Padilla le prendieron fuego porque para ellos era un símbolo de colaboración con los invasores franceses. En la actualidad está totalmente restaurado", añade la web.