Ilusión y ganas no les faltan. Los hosteleros vascos celebran el fin de la mayoría de las restricciones mantenidas hasta el momento en su sector, uno de los más castigados económicamente por la pandemia. “Ahora que hemos vencido un poco el acantilado del virus y estamos en una zona más protegida, nos merecemos recuperar todos los espacios de nuestros locales, como es la barra, para ejercer la actividad de manera completa”, declara el Presidente de los Hosteleros de Bizkaia, Bonifacio García.
Con el fin de la Emergencia Sanitaria y la eliminación de la mayoría de restricciones, salvo la del uso de la mascarilla, los hosteleros prevén mejorar la situación económica de sus negocios y dejar atrás una mala racha, que ha provocado el cierre de algunos establecimientos. Sobre todo, son aquellos locales más pequeños, que carecían de terraza y en la que parte del consumo se hacía en barra, los que confían en poder empezar a remontar sus ingresos. Por ello, desprenden alegría y esperanza. “Todo lo que sea una vuelta a la normalidad de antes, lo recibimos entusiasmados. Cualquier eliminación de alguna restricción es un paso hacía delante”, manifiesta el propietario del restaurante Victor, situado en la Plaza Nueva de Bilbao.
Esto también supone para muchos locales empezar a replantearse volver a incorporar a la jornada de trabajo a algunos de los trabajadores que hasta el momento permanecían en ERTE. En Euskadi 48.000 personas, permenecen en este estado de desempleo, según el Departamento de Trabajo del Gobierno Vasco. Del total 18.243 pertenecen al sector de la hostelería.
En el caso Jose Pereda, titular del Bar El Huevo Frito, en la capital vizcaína, algunos empleados han podido ir incorporándose a sus puestos de trabajo, pero con jornadas más reducidas. Otros dos compañeros, sin embargo, siguen en ERTE desde que comenzó la pandemia. “Esperamos que dentro de esta nueva normalidad empiece a subir la demanda y podamos ir integrando a todo el personal”, expresa Pereda. Aunque por el momento, tienen hasta el día 15 de este mes para valorar si se siguen acogiendo a ellos, o por el contrario, mantienen a parte de la plantilla como hasta ahora.
Algunos otros, como en el bar de Pereda, también empiezan a proyectar la posibilidad de realizar nuevas contrataciones. “Hasta el momento mi mujer y yo hemos estado realizando una labor muy activa en el restaurante y con eso hemos estado cubiertos. Sin embargo, puede que en la medida que vayamos incorporando mayor actividad, nos veamos en la necesidad de tener que contratar más personal”.
Mucho miedo
A pesar de la euforia, el miedo al rechazo y la incertidumbre todavía permanecen en el ambiente. “Durante todo este tiempo de pandemia, la sociedad ha cambiado sus hábitos y sus costumbres. Por eso, volver a las rutinas de antes puede costar después de tanto tiempo", expone Laure Díaz desde la Asociación de Hosteleros de Álava. “Recuperar esa confianza va a costar. Hay mucha gente que sigue evitando los bares, porque les han interiorizado que son lugares de riesgo y eso va a llevar tiempo poder cambiarlo”, añade. Además, desde el sector, señalan que un posible retroceso en lo que a los número de contagios respecta, puede alterar el levantamiento de las restricciones en cualquier momento y volver a vivir una situación crítica.
Sin embargo, y a pesar del miedo, ninguno pierde la esperanza de volver a llenar sus locales con los vermús y los `poteos´ entre amigos. “Esa sensación de incertidumbre siempre la vamos a seguir manteniendo mientras no esté vacunado todo el mundo. Pueden venir otras variantes que provocen una nueva ola, o algo inesperado con lo que no se contaba, pero de momento, vamos a disfrutar de esto, que es lo que viene ahora”, sostiene Díaz.