Se cumplen 22 años del asesinato a manos de ETA del político vasco Fernando Buesa y su escolta, Jorde Díez. Familia, amigos, instituciones y partidos políticos les han recordado hoy con un homenaje se ha celebrado en los Jardines de la Libertad de Vitoria, junto al monolito que se levantó en su recuerdo. Ambos murieron el 22 de febrero de 2000 a consecuencia de la explosión de un coche bomba activado a su paso por la Calle Nieves Cano, esquina con Aguirre Miramón, muy cerca de la casa del dirigente socialista.
Buesa fue vicelehendakari el Gobierno vasco, diputado general de Álava y portavoz del PSE-EE en el Parlamento vasco, entre otros cargos. Le escoltaba Jorge Díez, natural de Vitoria, que pertenecía a la décimo tercera promoción de la Ertzaintza. El atentado que acabó con sus vidas partió Euskadi Y es que, la muerte de Buesa dio lugar a cambios en la sociedad vasca. Ayuntamientos, diputaciones, bancos o la propia universidad cambió de color político. Incluso el pabellón deportivo de Vitoria pasa a llevar su nombre. En Vitoria, hubo tres manifestaciones simultaneas tras su muerte: el bloque nacionalista, que la convocó sin hablar con el PSE; otro con las familias de ambos acompañadas por simpatizantes del PSE y del PP, que protestaban por el asesinato y por la deriva que estaba tomando el nacionalismo institucional; y en tercer lugar, y de manera muy reducida, Gesto por la Paz.
Como cada 22 de febrero, la viuda de Buesa, Natividad Rodríguez, y la madre de Díez, Begoña Elorza, han sido las primeras en colocar sendas rosas rojas mientras se escuchaba como sonido ambiente el tema "Ausencia", del cantante vasco Imanol. Después han depositado flores el resto de familiares y amigos, así como numerosos representantes institucionales y políticos.
Segun apunta Efe, entre las autoridades han asistido varios consejeros del Gobierno vasco encabezados por los vicelehendakaris Josu Erkoreka e Idoia Mendia, así como la presidenta del Parlamento, Bakartxo Tejeria, el delegado del Gobierno en Euskadi, Denis Itxaso, el diputado general de Álava, Ramiro González, y el alcalde de Vitoria, Gorka Urtaran. También han estado presentes líderes de partidos políticos como el del PNV, Andoni Ortuzar, y el del PSE, Eneko Andueza, y parlamentarios de todas las formaciones.
Antes de este acto las Juntas Generales de Álava han homenajeado a Buesa y Díez con una ofrenda floral en la escultura instalada en el exterior la sede del Parlamento provincial en memoria del político socialista, que fue juntero en esta institución.
Buesa era el líder de una de las culturas políticas principales del País Vasco, portavoz de la oposición en el momento de su asesinato, fue vicelehendakari y diputado general de Álava. “Ya solo con eso tenía los “honores” suficientes para ser lo que ellos consideraban un “terrorismo de calidad”. Además, era una persona muy conocida en el sitio más crítico de Euskadi en ese momento, Álava, que amenazaba con escaparse del corralito”, cuenta Antonio Rivera, historiador y uno de los autores del libro ‘Fernando Buesa, una biografía política’.
En aquellos años, Buesa, que había sido vicepresidente del Gobierno vasco, ya estaba considerado como uno de los dirigentes más críticos con la banda terrorista y con su brazo político, Herri Batasuna. Recibió amenazas por parte de la banda terrorista durante toda la década de los 90 pero no fue hasta un par de meses antes de su asesinato que el Gobierno vasco le asignó un escolta.