Antes de 2016 en Donostia había 147 establecimientos hoteleros. Casi seis años después, la ciudad cuenta con 45 inmuebles más de esta categoría, es decir, 192 alojamientos turísticos que suman un total de 11.272 plazas hoteleras, según los datos ofrecidos por el departamento de Urbanismo y de Proyectos y Obras del Ayuntamiento donostiarra. Esta proliferación inmobiliaria coincide con el derribo de villas y edificios antiguos de la ciudad, algo que ha suscitado el debate social y que desde la organización Ancora San Sebastián vienen denunciando desde hace unos años.
San Sebastián se caracteriza, entre otras cosas, por ser una ciudad marcada por “la presión inmobiliaria, la escasez de suelo y un mercado de vivienda inaccesible para los jóvenes”, apunta Alberto Fernández, presidente de Ancora San Sebastián.
Por ello, desde esta organización que vela por el patrimonio arquitectónico de la ciudad, denuncian el derribo de edificaciones antiguas valor histórico, artístico, cultural o paisajístico para ser ocupadas por hoteles. El ejemplo más “sangrante” es el de la reforma del Bellas Artes -el cine más antiguo de España, construido en 1914- para acoger apartamentos turísticos, denuncian.
Catálogo de protección de patrimonio
En 1977 se redactó el primer catálogo de protección de patrimonio de San Sebastián, explica Fernández, y añade que en este documento las villas “quedaron apartadas”. En el verano de 2016 “saltaron las alarmas” cuando se comenzaron a derribar algunas villas de Ondarreta. Entonces desde el Ayuntamiento se inició “una fase de revisión que culminó el año pasado con la incorporación de 125 villas desprotegidas”, apunta.
Así, Fernández entiende que el Plan Especial de Protección del Patrimonio Urbanístico Construido (PPUC) debería de ser “un documento vivo contrario a la salida de elementos”, pero lo cierto es que “hay pérdidas todas las semanas”, después de que el Ayuntamiento conceda las licencias de obras.
En la actualidad hay alrededor de una decena de licencias hoteleras en espera, según confirman en el departamento de Urbanismo. “No hay una regulación adecuada, caminamos hacia un modelo de una ciudad un poco peligroso que mata el alma de San Sebastián, perdemos nuestra identidad”, denuncia el presidente de Ancora. En esta línea, la proliferación de este tipo de inmuebles turísticos tiene un impacto a nivel social, según advierte Fernández: “Las ciudades pierden su población autóctona y son sustituidas por la población turística”, lo cual “encarece la vida y fomenta una pérdida de calidad urbana”.
La mayoría de los derribos suceden para ocupar esos terrenos o edificaciones por hoteles de lujo o viviendas turísticas. Se trata de una situación ha suscitado el debate social entre los donostiarras. En este contexto nace el futuro Consejo Asesor de Patrimonio, impulsado por el Ayuntamiento de Donostia.
Nuevo Consejo Asesor de Patrimonio
El pasado mes de marzo el Ayuntamiento donostiarra dio sus primeros pasos en la creación de un Consejo Asesor de Patrimonio que gestionará estos trámites. Se trata de un órgano integrado por siete catedráticos en arquitectura e historia, cuya función será decidir qué inmuebles deben incluirse o excluirse del catálogo municipal de edificios protegidos.
Hace un año el ayuntamiento ya anunció la creación de este Consejo. Ahora da sus primeros pasos para su formación, aunque aún habrá que esperar unos meses hasta que se forme e inicie su cometido. Además, la Disposición Adicional Cuarta del Plan Especial de Protección del Patrimonio Urbanístico Construido (PEPPUC), cuya revisión se aprobó definitivamente el 25 de marzo del año pasado, contempla la creación de este organismo.
Aún con todo, desde Ancora San Sebastián advierten que este órgano “es más restringido” que el resto, los cuales gozan de una participación ciudadana “más amplia”. Por ello, temen que este Consejo “sirva para sacar inmuebles del catálogo y desprotegerlos cuando haya intereses específicos”.