Centenares de manifestantes marchan por Vitoria en el segundo paro contra la nueva ley de Educación

Segunda jornada de huelga en la enseñanza pública vasca y, de nuevo, con manifestación amplia en contra de la Ley de Educación. Esta vez por las calles de Vitoria en vez de las de Bilbao, los sindicatos y cientos de profesores, familias y alumnos han marchado por la capital de Euskadi para protestar contra la Ley de Educación que ya se ha rechazado.

El paro ha sido convocado nuevamente por ELA, LAB y Steilas, y se hace en rechazo al borrador del anteproyecto de la futura ley vasca de educación. El objetivo de estos sindicatos es claro: que la nueva ley en la que está trabajando el Gobierno Vasco, -demorada hasta el primer trimestre del próximo año- tenga como eje la escuela pública, prohíba a los centros concertados cobrar cuotas, garantice que la competencia para determinar el currículum vasco sea de Euskadi y establezca un modelo de aprendizaje basado en la inmersión en euskera.

Un manifestante de ELA durante la manifestación en la segunda huelga educativa contra la nueva Ley de Educación / L. Rico (EFE)

Cifras dispares de seguimiento

Al igual que en el primer paro -y como de costumbre- el Departamento de Educación y los sindicatos aportan cifras dispares de seguimiento. El Departamento de Educación del Gobierno Vasco cifra en un 38,9% el porcentaje de profesorado que ha secundado esta huelga; los sindicatos suben este porcentaje hasta un 60% y destacan el "amplio seguimiento" de este paro. La responsable de Educación de ELA, Miren Zubizarreta, ha denunciado que el Gobierno hace oídos sordos a las demandas sindicales. "Llevamos presentado nuestras aportaciones y peticiones al Departamento de Educación desde septiembre de 2021, pero sigue sin realizar ningún cambio de rumbo. Por eso queremos recalcar que no se trata de una huelga 'preventiva', sino de una huelga que quiere reivindicar una Ley de Educación diferente", ha añadido.

La representante de ELA ha manifestado que el anteproyecto de ley de Educación "no apuesta por el modelo de inmersión, ni por el marco legal y currículum propio, y no aborda las condiciones laborales de los trabajadores", entre otras cuestiones. Y ha remarcado que, a su juicio, el anteproyecto del Gobierno, "perpetúa el sistema actual, así como sus carencias y problemas". Por ello, tras reclamar "diálogo real", ha pedido al Gobierno Vasco que recoja las peticiones de los trabajadores y a los partidos del Parlamento vasco "que trabajen para que esto sea así".

El consejero Bildarratz, a su llegada al Parlamento vasco mientras se desarrollaba la protesta de Steilas / EFE

Una ley ya atrasada hasta 2023

Por su parte, el Gobierno vasco confirmaba este martes que la legislación se aprobará en el primer trimestre del próximo año en vez de en este mes de diciembre. En realidad, este anuncio del Ejecutivo venía a confirmar un secreto a voces, ya que el plazo previsto, que estipulaba que la Ley sería una realidad antes de que acabe 2022, era demasiado "optimista" en origen. Y se convirtió en todavía menos realista a raíz del altísimo nivel de contestación contra la ley por parte de numerosos agentes educativos.