La población inmigrante crece un 10% en los últimos 20 años y la tolerancia hacia ella también

La población inmigrante crece cada año en Euskadi y representa un porcentaje mayor sobre el total de la población vasca. El crecimiento en las dos últimas décadas es significativo ya que mientras en 2001, la población de origen extranjero suponía un 2% del total, en 2015 alcanzaba el 8% y en 2022, se situó por encima del 11%, un 11,8%. Según un estudio de la consultoría de asuntos públicos Silvan & Miracle, este cambio social ha tenido repercusiones en la opinión pública vasca y deja datos como que el 80% de la población cree que la presencia de extranjeros en Euskadi enriquece la vida cultural del territorio.

Este aumento de personas inmigrantes tiene una relación directa con el saldo vegetativo, la diferencia entre el número de nacimientos y el número de defunciones de una población. En Euskadi, el saldo vegetativo es negativo desde los peores años de la crisis y si no fuera por el contrapeso que supone la llegada de personas inmigrantes, el territorio habría perdido población. Así, desde 1998, el saldo migratorio supone una diferencia notoria respecto al saldo vegetativo vasco; diferencia cuyo pico alcanzó su máximo en 2019.

Evolución del saldo poblacional de Euskadi./Silvan&Miracle

Esta realidad también impacta en los datos de natalidad. Mientras que en el 2000, los niños nacidos de padres vascos suponían el 97%, en 2022 supusieron un 71%; por lo que en el 2000 los niños con ascendencia extranjera suponían un 3%, ahora un 29% del total. Es decir, casi 1 de cada 3 niños que nacen en Euskadi son vascos de segunda generación.

La inmigración crece y la tolerancia hacia ella también

Este cambio poblacional que ha experimentado Euskadi en las últimas dos décadas ha tenido una consecuencia directa en la opinión pública de los vascos. Opinión pública que según este estudio, “se ha adaptado a este cambio social, por lo que la tolerancia hacia la inmigración crece cada año”. Un dato que confirma este cambio es que existe en el territorio un consenso creciente de que los niños y niñas de madres extranjeras sean considerados como vascos y vascas. Así lo cree el 92% de la población, mientras que hace solo 4 años, en 2018, esto lo pensaban el 84,7%.

Si bien son datos positivos, hay una cuestión que “preocupa a las familias vascas”: los conflictos que podrían generarse en un futuro. El último barómetro de Ikuspegi, recogido por este estudio, apunta que, aunque la mitad de la población vasca cree que en el futuro no se generarán conflictos en la gestión social de esta diversidad, una parte de la sociedad, el 14% duda sobre cómo puede evolucionar esta cuestión, y un 28% cree que se generarán problemas.

Los vascos, cada año más tolerantes

Pese a este dato, el Observatorio vasco elabora un índice de tolerancia a partir de opiniones y actitudes de la sociedad vasca sobre la población inmigrante, y en él se observa como la puntuación respecto a tolerancia no ha parado de crecer desde 2012, puntuación que en 2022 se encontraba en su punto más alto, indicando que somos cada año más tolerantes. 

La sociedad vasca no ve la inmigración como un problema y considera que los efectos de esta sobre la economía y la cultura son positivos. El 80% de los encuestados cree que su presencia enriquece la vida cultural y el 77% cree que los inmigrantes permiten que “la economía funcione mejor al ocupar puestos de trabajo que la población autóctona no quiere.”

Por otro lado, cabe destacar que las mayores preocupaciones de la sociedad vasca en torno a la población inmigrante siguen girando en torno a las amenazas hacia el estado de bienestar. Además, según este estudio el 29% de los encuestados evitaría vivir en un barrio en el que vive mucha población inmigrante y el 22% intentaría que su hijo no tuviera una pareja de origen extranjero. 

el grupo que conforman las “personas reacias a la inmigración” estaría representado por un 10,6% de la población total vasca

Estereotipos sobre la inmigración

Persisten también algunos rumores y estereotipos sobre la inmigración. Entre los más nombrados estarían: que “la inmigración aumenta el machismo”, afirmación que la piensa un 32%; que “genera inseguridad”, sentencia que la dicta un 26% o que “los inmigrantes se benefician del sistema de protección social”, asegurado por un 25% de los encuestados. 

De esta manera, el grupo que conforman las “personas reacias a la inmigración” estaría representado por un 10,6% de la población total vasca, es decir, un grupo minoritario. Grupo que tal y como detalla el estudio, estaría formado por “personas de 45 a 64 años, residentes en capitales, con  estudios primarios, personas católicas no practicantes, de ideología  de centro o derecha, nacionalistas españolas, con sentimiento identitario más español que vasco e insatisfechas con su situación económica actual, en  paro, y de estatus medio o bajo”.

Bajo este contexto, queda por tanto, y a pesar de estos buenos datos, una largo camino para erradicar una intolerancia hacia una realidad que cada vez está más presente en nuestro territorio.