Sociedad

El gran 'simpa' de San Sebastián: un cliente encarga 100 pintxos y no acude a recogerlos

Los famosos "simpa" son cada vez más habituales en las grandes ciudades o localidades con importante carga de turistas

18 abril, 2023 17:02

Es una problemática que ha estado presente siempre, los famosos "simpa" son habituales en las grandes ciudades, más aún si se tratan de ciudades con una importante carga turística. En los últimos meses parece que esta práctica se ha extendido en Euskadi, especialmente en las tres capitales vascas, donde los responsables de los locales ven como cada vez más clientes abandonan su negocio sin abonar su consumición... Aunque en algunos casos ni llegan a aparecer. 

Es el caso del cliente de un local donostiarra ubicado en el barrio de Gross, el bar Bergara. Un referente de la cocina en miniatura en la ciudad, con una larga trayectoria de premios a sus afamados pinchos, "Txalupa", "Udaberri" e"Itxaso". Precisamente, y tal y como detalla El Diario Vasco, este fue el pedido del cliente, una mujer extranjera que, tras hacer presencia el local los días anteriores, encargó al bar 100 de sus famosos pintxos para el pasado sábado por un valor superior a los 300 euros.

Entre los pintxos, que habían sido elaborados por la cocinera del local en plena hora punta de trabajo, había una gran cantidad de aguacate con salmón, de lasaña de anchoas o de chipirones encebollados; ingredientes que, debido a su calidad, se estropean fácilmente. Esta clienta, pese a recibir numerosas llamadas y mensajes, jamás pasó a recogerlos, por lo que, aunque algunos de ellos se pudieron salvar, la mayoría tuvieron que ser tirados a la basura. 

Este no es el primer caso de un simpa que se da en la capital gipuzkoana, tampoco sería el primero en las otras dos capitales vascas, por eso son ya muchos los locales que se plantean el incluir, además del correspondiente nombre y teléfono de contacto, un adelanto del cobro final o incluso parte de la tarjeta bancaria del futuro cliente como símbolo del compromiso de su presencia. Ya que no es solo la comida la que acaba en la basura, también el tiempo que los profesionales gastan elaborandola.