La Sanidad pública en Euskadi y su responsable, Osakidetza, llevan meses estando en el punto de mira de la sociedad vasca. Los fallos en las Ofertas Públicas de Empleo que buscaban estabilizar las condiciones de muchos profesionales; la falta de médicos y enfermeros o las largas listas de espera han sido algunos de los motivos que han llevado al sistema de salud y su correspondiente organismo responsable a recibir numerosas quejas y denuncias por parte de pacientes, profesionales y sindicatos.
Quejas y denuncias que ahora se materializan en forma de número, y es que según el último informe sobre "La atención especializada en las comunidades autónomas", elaborado por la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad (FADSP), la satisfacción de los vascos con la Sanidad pública vasca ha descendido notablemente los últimos años. Así, mientras que en 2010 la nota media que estos le daban era 6,69, esta llegó a alcanzar el 7,27 en 2019, año prepandemia, y bajó hasta el 6,61 en 2022.
Si bien todas las comunidades se sitúan en el rango de nota del 5 al 7, no superando esta última ninguna, cabe destacar que Euskadi en 2019 era la segunda mejor comunidad del 'ranking', solo superada por Aragón (7,45) y Navarra por diez décimas.
Baja la población que apuesta por la sanidad pública
Este descontento generalizado de la población vasca se habría traducido en una menor asistencia a la sanidad pública y una posible apuesta por el sector privado en solo tres años. Y es que, tal y como esgrima el estudio, mientras que en 2019 un 82,4% de la población vasca acudía al servicio público para realizar una consulta externa, según los últimos datos, ahora sólo lo hace el 50,4%.
Cifras que chocan con el porcentaje de población que opta por lo público para realizar una consulta con un especialista o una hospitalización; población que ha crecido exponencialmente en la última década. Ya que si en 2010 el porcentaje de vascos que optaba por la sanidad pública para una consulta con un especialista era del 47,35%, en 2022 ha sido del 56%; y ocurre lo mismo con la preferencia hacia las hospitalizaciones en centros públicos, que han pasado del 67% en 2010 al 83,9 en 2022.
Las listas de espera
Esta caída de satisfacción de los vascos va, tal y como apunta el estudio, ligada directamente al aumento en las listas de espera: el 47,7% de la población cree que estas han empeorado en los últimos doce meses, frente al 11,8% que dijo notarlo en 2010. Datos que vienen fundamentados con cifras sobre la demora para realizarse un procedimiento quirúrgico o para recibir una consulta externa.
Los vascos ponen un notable a los profesionales del sistema de salud que les atienden pero suspenden ese empeoramiento de la espera para ser atendidos
En 2012, la lista de espera quirúrgica registraba una media de 52 días, diez años después, en 2022, los vascos esperan de media 63 días para operarse. Además, mientras que hace una década Euskadi tenía un 0% de pacientes que esperaban seis meses o más para realizarse un procedimiento quirúrgico, ahora el porcentaje es positivo y un 3,5% de los vascos tienen que esperar medio año o más para hacerlo.
Ocurre lo mismo, con las listas de espera de consultas externas. En 2012, los vascos tenían que esperar una media de 30 días, ahora la media asciende a 48; además, hace diez años el porcentaje de pacientes que tenía que esperar 60 días o más se situaba en el 22,2%, en 2022, este ascendió hasta el 28,6%.
En suma, los vascos ponen un notable a los profesionales del sistema de salud que les atienden pero suspenden ese empeoramiento de la espera para ser atendidos.
Más gasto público y más personal, pero menos recursos
Si bien estos datos no reflejan una situación cómoda para el Servicio vasco de Salud, Osakidetza, hay que destacar que el gasto público que este ha dedicado en los últimos año ha incrementado considerablemente.
Así, el gasto público por habitante en atención especializada, por ejemplo, ha pasado de 983 euros anuales en 2010, a 1439 en la actualidad; es decir, en diez años ha aumentado el 32%, y Euskadi se coloca así como la comunidad que más dinero destina por habitante, muy por encima de los 1027 que destina la comunidad que menos, Andalucía.
También ha aumentado en la última década el número de profesionales. En la actualidad, en Euskadi hay 2,42 médicos por cada mil habitantes, mientras que hace diez años había 2,03; hay 4,94 enfermeros, mientras que en 2010 había 3,98; y también ha aumentado el número de médicos internos y residentes (de 0,48 a 0,69 por cada 1000 habitantes) y el número de personal en formación y colaborador (de 4,57 a 3,13).
Frente a esta apuesta por el gasto público y los profesionales, los recursos dentro de Osakidetza han disminuido desde 2010. Las camas instaladas han bajado de 3,89 por cada mil habitantes en 2010, a 2,7; es decir, de las 8.318 camas en 2010 a las 8.061 en 2021. Destaca, además, las dedicadas a media/larga estancia -en 2010 había 350, que supone el 0,16 por mil habitantes, y en 2021, 206, el 0,09- y las reservadas para pacientes psiquiátricos, que pasan de 5.210 hace diez años a 4.666, es decir, se experimenta una bajada del 11%.