En ciudades, en el espacio o bajo el mar. Sus 4.000 obras han acabado en todas partes. La más alta, SPACE2, se encuentra en el espacio, en una Estación Espacial Internacional. La más baja se ubica bajo el mar, en la mexicana bahía de Cancún.
El artista urbano francés Invader se define como un Artista Libre No Identificado y se dedica desde hace años a invadir ciudades del mundo a base de píxeles. Ya ha ocurrido en Nueva York, Hong Kong, Londres, Colonia, Lyon, Tokio, Viena o en Bilbao, además de en otros 75 territorios, donde han aparecido diferentes mosaicos de marcianos pequeños escondidos en varios rincones de las ciudades.
Incluso ha creado personajes de dibujos animados, como la Pantera Rosa, o ha elaborado una Mona Lisa moderna para exponerla recientemente en la galería Over The Influence.
Bilbao, invadida por extraterrestres
Invader empezó este proyecto de marcianitos bajo el nombre Space Invaders en el año 1998 inspirado por el videojuego de Toshiro Nishikado, como indica él mismo. Siempre aparece con una máscara para que no se descubra su identidad y visita sus propias exposiciones sin que nadie sepa quién es, a pesar de "encontrarse a metros de distancia de los visitantes".
Intenta, también, dejar 20 o 50 piezas por ciudad. En Bilbao ha colocado unas 40 en diferentes muros o puentes, como en el de El Arenal o en una esquina de una calle del Casco Viejo y en el barrio de San Francisco. Aunque la destrucción de algunas zonas ha hecho que ahora queden menos.
Rapidez, la hora de realización, el lugar, el tamaño del mosaico y la altura de la pared son las cinco cosas que tiene en cuenta a la hora de pegar estas obras de arte, siempre con discreción. Primero, eso sí, organiza un proceso detallado con el que explora diferentes áreas para "invadirlas". A veces regresa de nuevo a las ciudades para seguir dejando huella. A la villa vasca ha vuelto dos veces para continuar "invadiendo nuevos espacios".
La web de Very Bilbao señala que el artista visitó la ciudad por primera vez en diciembre de 2007 y que su invasión se produjo, sobre todo, "en Noche Buena y Noche Vieja para evitar ser visto". Eligió la villa "invitado por la Fundación Bilbao Arte para participar en la exposición Percepción [S]tencible".
El francés se dedica a sorprender con sus piezas, sobre todo, para "liberar al arte de los habituales museos o instituciones. Pero también se trata de liberar a los Space Invaders de las pantallas de sus videojuegos y traerlos a nuestro mundo físico". Todo comenzó el día en el que empezó a darle una apariencia física al pixelado a través de unas baldosas de cerámica. Al principio quiso crear una serie de lienzos, aunque decidió que lo mejor sería exponer sus obras directamente en las paredes. "Entonces tuve la idea de desplegar mis criaturas en las murallas de París y, poco después, en ciudades de todo el mundo".
Existen países a los que no puede volver porque sus obras no han sido bienvenidas. La forma en la que actúa es política, ya que interviene ilegalmente porque le gusta "sorprender cada día a los ciudadanos".
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