Porción de patatas bravas.

Porción de patatas bravas.

Sociedad

Las patatas bravas más innovadoras de Euskadi: un bocado sorprendente y cremoso

El cocinero Iñigo Kortabitarte, dueño del restaurante Kobika de Durango (Bizkaia), ha querido sacar un pintxo de este famoso plato.

19 septiembre, 2023 15:00

Las patatas bravas son historia de España. Nadie que visite el país puede irse sin probar este manjar con salsa picante de cayena, pimentón, cebolla, ajo, vinagre y sal por encima.

Aunque se desconozca su historia, se sabe que es español de verdad, pues la ONU así lo determinó en el año 2008 tras la realización de un estudio sobre las patatas del mundo. Algunos creen que este plato castizo tiene su origen en Barcelona y otros aseguran que es madrileño y que nació allá por los años 60

La primera referencia de esta tapa se consigue en 1967, ya que el periodista Luis Carandell habló en su libro Vivir en Madrid sobre ellas. Existen dos bares madrileños a los que se les atribuye la creación de este icono gastronómico y sencillo español. Se trata de los bares Casa Perico y La Casona, lugares que conquistaron a los madrileños y donde se formaban colas enormes para probar el plato. Ahora no queda rastro de ellos, solo recuerdos. 

Las bravas más innovadoras

No es una tapa. El cocinero Íñigo Kortabitarte, dueño del restaurante Kobika de Durango (Bizkaia), ha querido sacar un pintxo de este famoso plato. Y se ha llevado el Premio a Mejor Estética del campeonato internacional de patatas bravas de este lunes. 

Parece un trampantojo con pintas de sándwich. Muy crujiente, a base de patata frita cremosa y con su salsa por encima. Un bocado que ha sorprendido a muchos porque ha logrado el sabor de la ración de patatas bravas.

Todo lo que ha hecho el vasco ha sido cocer las patatas con cebolla, puerro y ajo asado, aplastarlo todo para conseguir una capa fina y poder elaborar el sándwich; trocear unas patatas en dados y mezclarlas con salsa brava para el relleno, y añadir la guinda del pastel: toques de mayonesa y salsa picante por encima acompañadas de flores. 

El único restaurante finalista vasco ha sido el suyo, que compitió con otros 20 cocineros en el concurso. Fueron los cocineros José Gregorio Figueredo y Alberto Beltrán, del local palentino Bar Maño, quienes lograron el primer premio. 

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