Sindicatos de Osakidetza denuncian deficiencias en la nueva UVI de Nanclares

A solo una semana de que el servicio de la nueva UVI móvil arranque en Nanclares, profesionales y sindicatos de Emergencias se han concentrado frente al Parlamento vasco para pedir una negociación con los responsables del servicio y la dirección de Osakidetza ante las incógnitas que rodean a esta implementación y la situación vivida en verano.

Y es que si bien era una incorporación que llevaban pidiendo durante años, las condiciones de la próxima cartelera de las dieciocho personas que trabajarán en ella no son del agrado del resto de trabajadores, que temen además, que esa dinámica se incorpore en el resto de UVIs del territorio. 

“Esto es la gota que ha colmado el vaso. El servicio arranca el día 29 y ni siquiera le han comentado a la gente que va cuáles van a ser los turnos y condiciones. En todo caso, lo que sí sabemos que estas van a ser deficitarias y van a suponer que durante 8-9 meses del año trabajen muy pocos días, y los restantes, que será en verano, se metan las horas que falten. Porque al fin y al cabo todos tenemos que hacer las horas”, afirma Rosa García, médica de Emergentziak en UTE Urioste y Delgada del Sindicato Médico de Euskadi (SME).

Solicitan negociación con la junta de personas y profesionales, “que nos escuchen. Ellos han aportado una cartelera que va a estar desequilibrada y nosotros hemos aportado otra, nos tenemos que poner de acuerdo”. García asegura que ellos “siempre han estado dispuestos a negociar”, de hecho, “la mayoría de reuniones que se han mantenido han sido solicitados por los sindicatos”. Reuniones en las que se ha intentado abordar multitud de problemas que presenta el servicio y en las que, sin embargo, “nunca se ha llegado a nada”. 

Y es que, tal y como ha explicado Rosa García, “esto es solo la punta del iceberg”. Y lo dice en relación a la situación vivida este verano en el servicio, en el que se han llegado incluso a hacer turnos de 24 horas y en el que ha habido turnos sin médico, debido a la falta de personal. “Llevo 28 años trabajando en el Servicio vasco de Emergencias, en una ambulancia, y no recuerdo un verano tan catastrófico y caótico como este”, concluye García.