Así es el turrón favorito de los vascos: tiene tres sabores y arrasa en Bilbao

Con la llegada de las fechas tan señaladas de Navidad los ciudadanos no solo buscan los mejores mercados o las luces más bonitas para ver, sino la buena comida y, sobre todo, un alimento que no puede faltar en ninguna mesa durante esta época y con mucha historia detrás.

Puede ser blando o duro. A base de miel, azúcar y almendras enteras o molidas. Tan solo hacen falta unos pocos ingredientes para dar paso a una de las elaboraciones más queridas por los españoles en invierno.

El consumo del turrón es tradición en España desde hace siglos y, aunque no se conoce su origen con exactitud, muchos expertos señalan su nacimiento en la península arábiga en el siglo XI bajo el nombre de turun. Es el tratado de un médico árabe, De medicinis et cibis semplicibus el que da algunas pistas, por lo que la teoría dice que este llegaría a España por los musulmanes. Hoy día tan solo es popular en España, Francia, Italia y pocos países más.  

Sokonusko: el favorito de los bilbaínos 

En la actualidad existen varios tipos de turrón más allá de los dos típicos. Los nuevos se elaboran con chocolate blanco, negro o con leche. Los hay originales y luego están los de algunos chefs que prefieren innovar y añadirle su toque personal, como ya ha hecho Dabiz Muñoz. 

El cocinero decidió, hace unos años, incorporar palomitas o incluso cereales a sus creaciones. Además de elaborar unos de tarta de queso, de roscón de reyes, de gofre de caramelo salado, de flan de huevo y de barquillo o de crema batida de fresas y nata. Este año ha habido nuevas incorporaciones, como el de nachos con chocolate blanco y el de helado de Häagen-Dazs de vainilla con nueces de macadamia. Se mantienen los de tarta de queso y el de gofre de caramelo salado. 

Sin embargo, a los bilbaínos no les hacen falta los sabores más originales para arrasar con este dulce. Tan solo les basta los tres pralinés que arman el turrón de Sokonusko. Una creación simple y exquisita de tres sabores (praliné blanco, tostado, trufa y cobertura de chocolate) que lleva enamorando a los vascos desde hace décadas. 

Fue, según cuenta la leyenda, el vizcaíno Iñigo Urrutia el culpable de todo. Este, a principios del siglo XVII, desembarcaría en el Nuevo Mundo para buscar fortuna. Pero cuando llegó a Santa Ana de Soconusco (entre México y Guatemala) se topó con un cacao local que trajo a la pastelería de su familia en Bilbao. Su familia, entonces, comenzó a usarlo y a investigar con nuevas mezclas, aunque fueron los nietos de los pasteleros quienes dieron paso al Turrón de Sokonusko. 

Preparación de tres días

Desde la pastelería de Bizkarra explican que este dulce tiene una elaboración "muy artesanal y laboriosa", puesto que se prepara "a lo largo de tres días". El primero se elabora un praliné con almendra cruda y azúcar para conseguir el de color claro al que se le añadirá chocolate blanco. Este se verterá en un molde y se dejará endurecer. 

El segundo día se prepara el praliné con almendra "ligeramente tostada" y azúcar y se le incorpora el chocolate con leche hasta lograr un tono más oscuro. Se verterá sobre el praliné claro y se dejará endurecer. 

El tercer día se elabora el tercer praliné con una almendra más tostada aún y se incorpora chocolate negro, se vierte sobre la capa oscura anterior, se alisa y se deja reposar.