Turrones hechos con postres vascos: los dulces que arrasan en Bilbao esta Navidad
Las formas de consumir turrón han cambiado y los nuevos turrones se adaptan a los tiempos y a los gustos de los españoles.
11 diciembre, 2023 09:19Los turrones favoritos de los españoles son el de chocolate en un 43%, el blando en un 23% y el duro (14%), tal y como señala el estudio de la confitería Delaviuda. Los polvorones, por su parte, se posicionan como el segundo dulce preferido de los españoles durante la Navidad en un 16%.
Originalmente, se prepara con azúcar, miel y almendras enteras o molidas. Solo estos tres ingredientes bastan para alegrar las navidades de los españoles. Y es que su consumo es tradición en España desde hace décadas, cuando llegó a la península gracias a los musulmanes, según las pistas que ofrece el tratado de un médico árabe De medicinis et cibis semplicibus. Hoy día solo es famoso en España, Francia, Italia y algunos países más.
El turrón más original está en Bizkarra
Sin embargo, hoy día las formas de consumir turrón han cambiado y los nuevos turrones se adaptan a los tiempos y a los gustos de los españoles. Dabiz Muñoz o las diferentes turronerías Vicens ya han buscado la conquista de los paladares con turrones originales como el de Donuts, cereales, dulce de leche o roscón de reyes, entre otros.
Pese a todo, los turrones tradicionales, como destaca el estudio de la confitería, siguen siendo los elegidos por casi la mitad de la población, ya que los consumen un 47% de españoles. Mientras que la mitad de los encuestados se decantan por los nuevos y sorprendentes sabores.
Dicho y hecho. A esta petición ha respondido la popular pastelería Bizkarra con sus llamativos turrones de sabores típicos vascos. Su gran apuesta son los turrones de Intxaursaltsa, de queso de oveja de Urkiola y el Sokonusko. Unos postres que, desde la pastelería, señalan que se adaptan a la filosofía de Bizkarra desde su fundación en 1957: innovar a partir de lo tradicional, apostando por el producto de calidad y de cercanía.
El turrón de Intxaursaltsa, desde 2001, es el más llamativo de todos los turrones. Bizkarra fue una de las primeras pastelerías "en versionar como turrón esta antigua receta vasca". Un postre típico vasco, también consumido durante la época navideña, a partir de nueces, azúcar y leche. En la familia Bizkarra era muy querido y, por ello, han renovado un poco la receta y elaborado este turrón para "traer al presente un sabor casi olvidado". Uno de los pocos turrones a base de nueces en vez de almendra.
Otros turrones imprescindibles de Bizkarra
En originalidad le sigue el turrón de queso de oveja de Urkiola, nacido en 2016 y exclusivo de la pastelería en colaboración con otra rama de la familia Bizkarra, los Bizkarra-legorra, que son "expertos queseros de Urkiola".
Al principio se hacía uso de una materia prima de esta quesería, pero ahora es Elixabete Bizkarra-legorra quien escoge el queso de la zona perfecto para elaborar esta obra de arte. Como uno a base de leche de oveja latxa, de alta curación y nacido en la quesería Mugarra, que ha sido la selección de este año. Este se trabaja en el propio obrador "con distintas temperaturas y texturas, incluyendo el emulsionado". Gracias a ello se obtiene la mezcla de cada uno de los sabores hasta lograr aromas y texturas "previamente definidas en la creación del producto".
Por otro lado se encuentra el turrón Sokonusko, el favorito de los bilbaínos. Y es que a los vascos no les hacen falta tanta innovación para disfrutar de la sencillez de esta creación a base de tres pralinés: blanco, tostado y de trufa. La leyenda dice que fue el vizcaíno Iñigo Urrutia el culpable de todo, quien desembarcó en el Nuevo Mundo en el siglo XVII para buscar fortuna. Sin embargo, al llegar a Santa Ana de Soconusco (entre México y Guatemala), se topó con un cacao local que llevó a la pastelería de su familia en Bilbao. Esta comenzó a usarlo y a investigar con nuevas mezclas, pero fueron los nietos de los pasteleros quienes originaron el postre.
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Desde Bizkarra explican que este dulce tiene una elaboración "muy artesanal y laboriosa", puesto que se prepara "a lo largo de tres días". El primero se elabora un praliné con almendra cruda y azúcar con el objetivo de lograr un color claro al que se le añadirá chocolate blanco. Este se verterá en un molde y se dejará endurecer.
El segundo día se prepara el praliné con almendra "ligeramente tostada" y azúcar y se le añade el chocolate con leche hasta conseguir un tono más oscuro. Se verterá sobre el praliné claro y se dejará endurecer. El tercer día se le da paso al tercer praliné con una almendra más tostada aún y se incorpora chocolate negro, se vierte sobre la capa oscura anterior, se alisa y se deja reposar.