El Tribunal Supremo ha confirmado la pena de 44 años de prisión al hombre que asesinó a su mujer e hija en Abanto (Bizkaia) en marzo de 2020 y aplica la agravante de género. De esta forma, se condena al autor a 22 años de prisión por cada asesinato con alevosía con la agravante de género por matar a su mujer e hija cuando estaban durmiendo en el sofá y habitación de la casa. La muerte, indican, se produjo al golpearlas fuertemente en la cabeza con una maza y degollarlas después con un cuchillo hasta causarles la muerte.
El Tribunal del jurado sostiene que las mató "en atención a su condición de mujeres en un acto de dominación, tras haber mantenido con anterioridad un comportamiento autoritario sobre ellas, imponiendo su voluntad y sobre las que presentaba, además, una notoria superioridad física".
Sobre la agravante de género, el Tribunal Superior puntualiza que este es "un escenario muy repetitivo en los crímenes de género, y que se están dando en los casos de relaciones de pareja". "Todo ello, bajo esa persistencia del sentimiento de posesión del hombre hacia la mujer que conlleva que, como ya hemos reflejado en esa Sala en varias ocasiones, se enfoquen estos casos desde la necesaria perspectiva de género con la que deben tenerse en cuenta las razones de estos crímenes basados en la creencia de una especie de derecho posesorio de quien entiende y considera que tiene la capacidad de decisión sobre la voluntad y libertad de la mujer", señala.
Asimismo, hacen referencia a la violencia vicaria de este caso, una violencia que, indican, "se da con frecuencia en estos casos bajo la persistente idea de la dominación y que en este caso ha acabado con el crimen y en la forma descriptiva en que ambos se ejecutan, porque, en realidad, fue lo que se llevó a cabo al degollar a las dos después de haberles golpeado con contundencia".
El Tribunal Supremo añade que que la agravante de género "tiene un sustrato del desprecio a la mujer por ser mujer". "El ataque y la forma de ejecutar el hecho que lleva aparejada la agravante de género lleva tras de sí un sustrato de jerarquización del autor y subordinación de la mujer. Había dominación a la mujer, y ello consta en los hechos probados", alega y subraya que "mató a las mujeres por el hecho de ser mujeres".