El chocolate nace en México, cuando el dios Quetzalcoatl regaló el árbol de cacao a los hombres, que adquiriría el nombre de Theobroma Cacao o 'alimento de los dioses'. Así lo señala la empresa de alimentación y bebidas de Nestlé.
Un alimento que cobró gran relevancia entre los aztecas, pues lo tomaban líquido y mezclado con especias para conseguir una bebida energética llamada tchocolatl, espesa y espumosa. Se dice que Hernán Cortés desembarcó en México en 1519 y que los aztecas, al creer que este era la reencarnación del Dios Quetzacoatl, le ofrecieron tchocolatl. Así descubre el chocolate y, desde 1520, los religiosos que viajaban con este introdujeron la bebida en España.
Ahora, un reciente estudio señala (a partir de unos registros en fragmentos de cerámica de los años 1100 y 800 a.C.) que los indígenas descubrieron el chocolate accidentalmente cuando estos, de América Central, elaboraban cerveza con la pulpa de las vainas de cacao y usaban los desechos. De hecho, el chocolate ha sido consumido desde hace más de tres mil años, justo 500 años más de lo que se creía.
Lurka: la firma con el mejor chocolate de Euskadi
En Lurka, la chocolatería de Gipuzkoa, han decidido unir lo mejor de México y de Euskadi dando lugar a uno de los mejores chocolates del territorio vasco. Prueba de ello es el nuevo Solete de la Guía Repsol que ha recibido, además de haberse coronado ganador de los International Chocolate Awards 2021-2022 y del 2023.
Para elaboración de su producto único utilizan chocolate oscuro 90% del Estado mexicano de Tabasco y un 70% de Real de Soconusco (Chiapas). Un cacao que se llama de esta manera (Real) al haber sido consumido por la realeza azteca.
Además, cuenta con barras 70% con chile pasilla secado en Guaxaca con tonos ahumados y sal de Añana o chocolate a base de leche de oveja y queso Idiazabal. Así como chocolate con leche con sal de Leinz y amaranto o chocolate blanco con ceniza de maíz; con sidra de Bereizartua, con patxaran, con Aratoca de Chapas o chocolate de pastel vasco con cereza.
Todos ellos nacen de la mente creativa del mexicano con antepasados vascos, Pablo Ibarreche Castelaso. Este joven repostero, que ha llegado a trabajar para el prestigioso hotel de Estrella Michelin Auverge du Soleil, ha decidido darle un toque original a sus productos que vende en su local de la calle Bengoetxea de Donostia para enamorar a los más atrevidos.
Con el objetivo de crear un chocolate 100% mexicano de varias mezclas, el joven se basa en el concepto californiano Bean to Bar. Se trata de un proceso con el que se elaboran los chocolates y que realiza la misma persona, desde la adquisición de habas hasta el producto final. Cada uno de los procesos los controla el propio chocolatero.
Desde Lurka usan el horno para tostar las semillas. El cacao se rompe en temperatura ambiente hasta que se logra un cacao o nips y la cascarilla (los usan para fabricar infusiones, jabones exfoliantes y kombucha). Posteriormente se trocea y se mete en un molino con el azúcar y la manteca de cacao, y se muele durante tres y cinco días.