El controvertido exconcejal de Urbanismo de Erandio, Egoitz Bilbao (PNV), quien fue acusado de un posible delito de prevaricación y ha protagonizado varios incidentes con vecinos y trabajadores del consistorio, ha sido denunciado por agresión a dos vecinos. El exedil propinó dos puñetazos a un hombre y una mujer a la puerta de un centro escolar de Erandio el pasado 5 de enero.
Egoitz Bilbao, que ahora trabaja como como abogado para Azpiegiturak (una sociedad pública de la Diputación de Bizkaia), ya ha perdido tres demandas en los últimos años por denuncias presentadas por él mismo contra vecinos y establecimientos hosteleros. Su partido no le presentó a las últimas elecciones municipales celebradas el pasado año después de un juzgado iniciara una investigación judicial contra el entonces concejal por un posible delito de prevaricación. Aunque las pesquisas se archivaron, el edil fue despojado poco después de gran parte de sus responsabilidades durante el resto de la última legislatura.
El último incidente tuvo lugar en la noche de la víspera de Reyes, el 5 de enero, y el afectado es precisamente un vecino de Erandio con el que ha tenido diversos encontronazos. El exedil perdió precisamente uno de sus pleitos al denunciar por amenazas a este residente: el juzgado archivó el caso al no encontrar ninguna prueba. Bilbao ni siquiera recurrió el sobreseimiento.
Los hechos de la víspera de Reyes, según consta en la denuncia presentada ante la Ertzaintza, ocurrieron cuando Egoitz Bilbao se encontró en la puerta de la ikastola Jado de Erandio con el vecino y su mujer, que iban a recoger a sus hijas tras la Cabalgata de Reyes. Tras decirle a la mujer “a ti también te tengo ganas”, le propinó un puñetazo en el pómulo derecho. Su marido, al intentar defenderla, siempre según la denuncia, recibió otro puñetazo en la sien. “Se mostró muy agresivo y personas tuvieron que agarrarle para que no volviese a agredir al denunciante y a su mujer”, señala el escrito de denuncia.
La gestión de Egoitz Bilbao al frente del área de Urbanismo durante casi 11 años (de 2013 a 2023) ha estado rodeado por la polémica en un municipio con graves problemas urbanísticos, ya que funciona con las normas subsidiarias de hace más de 30 años. Debería haber renovado su planeamiento en 2001 y tampoco ha aprobado el nuevo Plan General, que tendría haberse puesto en marcha en 2006. Esta situación ha provocado que multitud de negocios y edificios en la localidad no cumplan las obsoletas normas de 1993. Entre ellos, el Batzoki (la sede social del PNV, que gobierna el consistorio), que lleva 45 años sin licencia de actividad.
Ha tenido innumerables problemas con vecinos debido a su carácter “agrio”, según señalan fuentes municipales y residentes, y algunos le han presentado denuncias. Incluso protagonizó problemas con los trabajadores municipales, que en 2018 enviaron un escrito al entonces alcalde, en el que afirmaban que “acudían a trabajar con miedo a la actitud del concejal” Egoitz Bilbao. En el escrito, conminaban al alcalde a que “le paraba él o lo hacía” el comité de los trabajadores “por lo civil o lo penal”.