El mundo esconde tesoros y maravillas sorprendentes. Incluso las ciudades más pequeñas como Bilbao, que cuentan con un callejón capaz de transportarte a Grecia, o un restaurante-galería de arte escondido en uno de los pisos de su casco viejo. El territorio de Euskadi, además, como lugar de costa, alberga curiosidades en su mar.
En Bizkaia existe una isla muy curiosa, la de San Nicolás, que puede visitarse cuando baja la marea. Esta tiene mucha historia a sus espaldas, como que en ella había una ermita dedicada al obispo Nicolás de Bari en el siglo XVI y se pueden apreciar los restos a día de hoy. Más tarde, la orden franciscana levantaría su convento en 1617 y residiría allí durante 30 años.
Se trata de un lugar abandonado de 250 metros de largo en la playa de Isuntza (Lekeitio) y con 48 metros de alto que no hay que dejar atrás y al que se puede acceder solo cuando la marea está baja. ¿Lo más sorprendente? En ella se han llegado a encontrar cañones hundidos. En Donostia, en cambio, como ciudad con playas impresionantes, también se han encontrado con algo en el fondo de la bahía de La Concha.
Barcos de más de 500 años
Donostia guarda unos tesoros que no todos los vascos conocen y que sirven para aprender la historia de la ciudad. Algunos están en ruinas y otros se hallan mejor conservados, pero siguen siendo igual de sorprendentes. Son barcos de más de 500 años de antigüedad al fondo de la bahía de La Concha, tal y como señala la principal escuela de submarinismo de Buceo Donosti.
[Esta es la iglesia a 10 minutos del centro de Donostia que esconde un supermercado en su sótano]
El que se mantiene en buen estado es un galeón del siglo XVI y XVIII, que se ubica en el centro de la bahía, entre ocho y diez metros de profundidad, justo delante de los relojes de La Concha. Un barco de madera de hasta 17 metros de eslora y nueve de manga, como señala la experta en arqueología subacuática Ana Benito para esta empresa de buceo.
Hay otro de carga del siglo XVIII en el que han hallado clavos y ruedas de afilar en buen estado. De la época contemporánea, destaca la experta, quedan un buque carguero, 'Mamelena', y dos anclas de hierro. Así como cerámicas, proyectiles, monedas, cañones, materiales romanos o anclas de piedra. Unos restos que demuestran la relación existente entre Euskadi y América.
[Este parking de Donostia tiene una muralla medieval escondida: un asombroso descubrimiento]
Estos, sin embargo, tardaron en ser hallados. El director de Buceo Donosti, Óscar Mayor, ha explicado que en sus inmersiones han llegado hasta algunas zonas clave donde fueron capaces de ver otros galeones, "unos cañones de más de dos metros, anclas del siglo XVIII y muchas otras reliquias más".
En la década de los 90, el Centro de Investigación Submarina (Insub), realizó unas campañas de prospección de la bahía para llevar a cabo la carta arqueológica subacuática. En esta se detallaron lo que se encontró en la bahía de La Concha.