Euskadi cuenta con una cantidad infinita de joyas bañadas en naturaleza para visitar en cada una de las provincias que la componen. Gipuzkoa es la elegida de decenas de turistas por sus pueblos costeros con preciosos acantilados. En concreto, Zumaia se encuentra entre los destinos favoritos. Y es que esta pequeña localidad atractiva llena de naturaleza tiene mucho que ofrecer, como su casco histórico, sus dos playas y su maravilloso puerto deportivo.
En el Casco Viejo, de tintes medievales, se puede disfrutar de la iglesia gótica de San Pedro, del siglo XIII, según señala la web de Turismo Euskadi del Gobierno Vasco. Declarada monumento nacional, se compone de una sola nave y en su interior alberga el retablo de Juan de Antxieta. Además, por las calles se pueden observar los palacios Zumaia y Ubillos y las casas Olazabal y Goikotorre.
Su flysch es, sin embargo, lo que más llama la atención a los turistas. Un impresionante acantilado formado por láminas de rocas calizas y areniscas al que se puede llegar a través de una maravillosa ruta que va desde la playa de Itzurun hasta Deba. De hecho, también se realizan excursiones para observar la zona. Cerca se halla la ermita de San Telmo, todo un icono del municipio. Así como la playa de Santiago, donde se ubica el Museo Zuloaga, una casa-taller del pintor Ignacio Zuloaga, que fue antigua hospedería del Camino de Santiago.
Hamarratz: el restaurante del embutido de marisco
Quienes acuden a visitar la zona tampoco se pueden perder una gastronomía basada en los productos de mar. El restaurante Hamarratz, en el barrio de Artadi y con un Sol de la Guía Repsol, es perfecto para degustarlos. No es un local como otro de la zona. Su seña de identidad es su embutido marino, una curiosidad que lo vuelve único. Chorizo de pulpo dulce y picante, salchichón, butifarras sin químicos añadidos...en Hamarratz se atreven con todo, no tienen ningún problema.
Preparan con cariño y cautela una variedad de embutido para conquistar los paladares de los más atrevidos, porque el mar es más que el bacalao, la merluza, el rodaballo o el besugo, los reyes de la casa en las mesas vascas. Los pescados olvidados, las ballestas, los perlones, pargos, cimarrones, lijas, maragotas y las rayas, también cuentan y en estos se centran los cocineros a la hora de crear su obra maestra, tal y como expone la Guía Repsol señala en su artículo Los pescados olvidados de la costa vasca.
En este antiguo caserón bañado en vigas de madera y muros de piedra destacan, además, las carnes y los pescados a la parrilla, como la chuleta y, sobre todo, el pargo rojo. Un pescado blanco "y de textura firme" servido con un "suave aliño" realizado con el jugo del pargo. El chef Andoni Txintxilla expresa para la guía que ellos no juegan con los "aliños agresivos" y que prefieren prepararlos con "vinagre de manzana, ajo, txakoli, aceite de oliva virgen y mantequilla, poco más. No quemamos el ajo y controlamos muy bien la acidez del vinagre".
"En Hamarratz buscamos recuperar el valor culinario de pescados de la costa vasca poco apreciados en hostelería y casi desconocidos para el público", dice el chef. Por ello se les da prioridad a las especies no tan conocidas. El gran mundo marino olvidado.