Hay muchos pueblos bonitos pero tenemos debilidad por los que son medievales. De todos ellos, hay uno que nos tiene el corazón robado y es este que está en el corazón de Euskadi.
Euskadi destacó en 2019 por ser la primera Comunidad Autónoma en competitividad turística. Una comunidad con decenas de preciosos pueblos para hacer turismo caracterizados por su historia y paisajes. La gran mayoría se encuentran en Álava, que cuenta con 51 municipios y 417 pueblos según indica el Padrón de 2017.
Y es que España, en general, está repleto de pueblos pintorescos escondidos, sobre todo, en las comunidades autónomas más destacadas, como lo son Castilla y León, Cataluña y Castilla-La Mancha. Sin embargo, el norte del país también puede sorprender: el pueblo medieval más impresionante se encuentra en Euskadi.
Un pueblo impresionante
En la Sonsierra Alavesa o la comarca de la Rioja Alavesa, que hace frontera con La Rioja y Navarra, se encuentra uno de los pueblos más bonitos de España: Laguardia. Un pueblo llamativo por su encanto e historia, ya que cuenta con estructuras medievales.
Contiene restos que pertenecían a la Edad de Hierro, por lo que se trata de un lugar realmente antiguo. Su papel más importante lo tuvo durante los siglos XII y XIII. En estos siglos, Laguardia obtuvo los fueros cuando el rey de Navarra Sancho VI (conocido como 'El Sabio') estaba en el trono.
El rey Sancho 'El Fuerte' fue quien decidió construir una muralla con cinco puertas de acceso que hoy se mantienen: Mercadal, Carnicerías, San Juan, Páganos y Santa Engracia.
Qué ver en Laguardia
Si algo captura la atención al observar Laguardia, es su capacidad para cautivar a todos con la belleza evidente de sus calles empedradas, plazas y su patrimonio arquitectónico. Sin embargo, lo que yace bajo sus pies resulta aún más sorprendente. A partir del siglo XV, con la llegada de los Reyes Católicos, Laguardia abandonó su función defensiva para dar paso a un lucrativo negocio vinícola.
Bajo las viviendas, comenzaron a erigirse diversas clases de cuevas y bodegas familiares, destinadas a la preservación y el almacenamiento del vino en condiciones ideales. Estos espacios, en ciertos momentos históricos, también sirvieron como refugio. En la actualidad, estas cuevas se pueden explorar y visitar, permitiendo admirar su grandeza y aprender sobre el proceso de elaboración del vino.
Otra experiencia esencial en Laguardia, además de la exploración de las cuevas y los paseos por las calles, es ir a visitar el reloj en la plaza principal. Se trata de un reloj animado, que se inauguró en 1998. En los momentos preestablecidos y tras una melodía inicial, que es emblemática de la villa, "El Cachimorro" emerge junto a dos bailarines vestidos con el atuendo típico local, para llevar a cabo un animado baile.