Euskadi es una de las comunidades autónomas más queridas por su gastronomía. Una región que sobresale por sus platos, que fusionan el mar y la montaña, y por su repostería. Desde el marmitako, el bacalao al pilpil y las alubias de Tolosa hasta la merluza a la vizcaína, las carolinas, el bollo de mantequilla, la tarta Pantxineta o el pastel vasco. El último, de hecho, es uno de los más demandados y lleva años enamorando a todos.
El restaurante Boroa, en su artículo El Pastel Vasco: origen del postre más tradicional explica que este nació en el País Vasco francés, en Lapurdi. Un postre "plano y redondo", con una textura "muy suave y crujiente", a base de mantequilla, harina, huevos y azúcar y decorado en la parte de arriba con un lauburu. Se cree que se originó durante la Edad Media, aunque no está claro su origen. "Los antecedentes de los Pasteles Vascos eran conocidos como Etxeko biskotxa o simplemente Biskotxa" y no contenían relleno, tan solo se preparaban con la masa del pan. Al principio se usaba harina de mijo y esta se fusionaba con la grasa del cerdo y la miel, pero esta se cambió por la harina de maíz "proveniente de las Américas".
El mejor de Euskadi
Pese a que la receta original se haya perdido, a este Biskotxa se le considera "el antepasado directo del Pastel Vasco, tal y como lo conocemos en la actualidad". Se fue popularizando entre los viajeros con el paso de los años y fue en el siglo XVIII cuando lo empezaron a llamar Gâteau des basques o 'Pastel de los vascos'. La receta, a su vez, también cambió y los pasteles se empezaron a rellenar con frutas como higos, cerezas, endrinas o moras.
Pero no es hasta el siglo XIX cuando aparecen los "primeros rellenos de crema". Hoy día este se ha vuelto tan famoso (ya sea relleno de crema o de fruta) que puede encontrarse en pastelerías, restaurantes, en ferias tradicionales y en supermercados. El mejor de Euskadi, de hecho, lo elaboran en la pastelería Aramendia, en Donostia.
Es su elaboración estrella, a partir de harina de primera calidad, desde que abrió en el año 2000. Cuenta con una preparación artesanal con los mejores productos. Se diferencia de los otros pasteles vascos en dos aspectos: por el intenso sabor a mantequilla que deja la masa quebrada y por la crema pastelera, tal y como expone el DIARIO VASCO en su artículo El mejor pastel vasco, el de Aramendia Pastelería.
Todo comienza, como exponen desde la web de Aramendia Pastelería, en su obrador, donde su equipo de pasteleros "da vida diariamente a las materias primas" con las que preparan todos sus productos. "Un trabajo artesanal a base de pasión, harina y mantequilla de primera calidad, huevo, azúcar, agua, cacao, fruta y mucho mimo".
Cada una de las elaboraciones se "reparten diariamente a cada una de nuestras pastelerías (repartidas por Guipuzkoa)". De esta manera, el cliente podrá disfrutar de una variedad de prpductos en cada lugar de la provincia, como "bollería, pasteles, tartas, pastas, chocolates y salados". Además algunas de las pastelerías se ubican en Donostia, al lado de la playa, por lo que no es un mal plan disfrutar de un pastel vasco cerca del mar.