Euskadi registra decenas de pintorescos pueblos más o menos grandes. Uno de los más destacados se ubica en la provincia de Araba. Labraza, en el concejo del municipio de Oyón, es el pueblo medieval amurallado más pequeño del territorio vasco. Este recogía 94 vecinos en 2023, como señalan los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) y cuenta con 0,57 hectáres, según los datos del Gobierno Vasco.
Así, esta pintoresca localidad es "la villa más reducida del País Vasco". Una zona cuidada con mucho mimo por sus vecinos y donde predomina la estética militar. Recibió, en 2008, el Premio Mundial de Ciudades Amuralladas al ser considerada una de las mejores conservadas del mundo.
El municipio más pequeño
Cada una de las provincias que compone Euskadi cuenta con su municipio o pueblo más pequeño. En el caso de Bizkaia, el municipio de Lanestosa, uno de los primeros formados en el territorio, según la web de Visit Enkarterri, es el más pequeño. Es la localidad menos extensa de toda la provincia, ya que registra una extensión de 1,25 kilómetros cuadrados y cuenta con 272 habitantes en 2024, tal y como señalan los datos del Instituto Vasco de Estadística (Eustat).
Un pueblo próximo al río Calera, perfectamente conservado y fundado en el siglo XIII junto con el antiguo Camino Real, gracias al que "el pequeño núcleo creció y se enriqueció". Las empedradas calles guardan hermosos palacetes y llamativas casas con balcones que conservan "la misma estructura desde el siglo XIII".
Su casco urbano empedrado es capaz de transportar a cualquier turista a la Edad Media, donde confluyen las casas de balcones de "estilo cántabro" y los "palacios de los siglos XVII y XVIII". Sobresale el palacio Colina, una joya que no hay que perderse. Así como el Puente Viejo que "unía Laredo con Burgos" y el Horno Calero usado para la producción de la cal.
En el centro, asimismo, se halla una increíble estructura renacentista del siglo XVI, la iglesia de San Pedro. Así lo destaca la página web de Turismo Euskadi del Gobierno Vasco.
Lanestosa se puede describir como uno de los lugares más "encantadores" de Euskadi gracias a su carácter rural y su "trazado perfecto con tres viales rectos y empedrados, paralelos al río, que se cruzan con otros dos más cortos y de inequívoca estructura medieval". Además, los amantes de la naturaleza tendrán la oportunidad de empaparse de unas auténticas bellezas a través de unas rutas a pie, como los montes Zalama, Balgerri y la la ventana de Relux, entre otros.