El huevo es un alimento imprescindible en todo el mundo por su alto contenido en proteínas, su sencilla preparación y su exquisito sabor. Se puede preparar de varias maneras: revuelto, cocido o frito son las formas más populares. El desayuno es el momento favorito de muchos para consumirlo. De hecho, los españoles han desayunado muchos huevos en el último año, tanto que ha incrementado su consumo durante este momento del día, según el reciente estudio de la organización interprofesional del huevo y sus productos, Inprovo.
Los desayunos con huevo en bares o restaurantes han incrementado un 17%. En casa, los platos más consumidos en 2023, de los 15 que hay, son los huevos fritos o estrellados, la tortilla francesa y la tortilla de patata. Y es que el huevo es uno de los productos favoritos en los hogares españoles, ya que su consumo aumentó un 7,7% entre diciembre de 2022 y noviembre del siguiente año.
En definitiva, el huevo tiene muchos beneficios y es uno de los alimentos más nutritivos del mundo, según el Instituto de Estudios del Huevo. Una unidad de huevo puede contener seis gramos de proteína y 14 nutrientes imprescindibles, como las vitaminas A, B, D y E, calcio, selenio y yodo.
El truco de Berasategui
Como es uno de los alimentos más consumidos de España y aunque sea muy fácil de preparar, no siempre se llega a preparar del todo bien. Ocurre con el huevo frito, por ejemplo, que hay quienes dejan la superficie cruda. Por ello el chef vasco Martín Berasategui ofreció un truco para un programa de la Cadena SER para dejarlo perfecto. Hay que tener en cuenta la temperatura del aceite, el cubierto que se usa para freírlo y la técnica que realizamos para cascar el huevo.
Uno de ellos es que, antes de freír el huevo, la temperatura del aceite tiene que estar muy caliente. Para saber si la temperatura para freírlo es la correcta, basta con echar una miga de pan en el aceite de la sartén. Si esta se tuesta cuando aterriza en el aceite significa que ya está todo listo para freír. "La miga del pan es el mejor chivato que hay en el aceite", dice el chef.
El segundo truco de Berasategui es cascar el huevo en una taza y, de ahí, echarlo al aceite. Una forma de salpicar menos y que el huevo se deslice mejor. El último truco es ideal para formar la puntilla o borde crujiente del huevo que muchos desean y este se obtiene cuando se vierte el aceite encima de la clara con una cuchara o espumadera. Pero hay que hacerlo rápido si no se quiere que la yema cuaje. La espumadera es la clave, además, para que no se pegue al huevo. Para ello hay que calentarla en aceite un tiempo antes.