Lo más habitual en verano es, además de acudir a playas, piscinas o parques acuáticos para refrescarse, encontrar distintas rutas preciosas para bañarse en pozas o en cascadas, pues recogen un agua bastante más fría. Euskadi es un territorio repleto de belleza natural, con decenas de pozas en las que calmar el calor. Pero, además, es un territorio con muchos lugares naturales muy parecidos a los que podemos encontrar en otros países del mundo.
Por ejemplo, el Salto de Nervión se asemeja a las cascadas que hallamos en Islandia, mientras algunas otras cascadas, como las de Uguna, Belaustegi u Osinberde, se parecen a las que nos topamos en Bali. Uno de los atractivos turísticos más importantes este verano.
Cascada de Osinberde
La cascada de Osinberde, en el municipio de Zaldibia (Gipuzkoa), es uno de los rincones secretos más bonitos de Euskadi. Se trata, según la web de Turismo Vasco en su artículo Cascada de Osinberde, ruta familiar en Zaldibia, de uno de los "grandes atractivos de la localidad de Zaldibia". Así como de una de las "grandes maravillas naturales" guipuzcoanas.
Un salto de agua ubicado en el Parque Natural de Aralar y al que se puede llegar atravesando el cauce del río. La ruta para llegar hasta la cascada de Osinberde inicia cerca del centro de interpretación del agua, en Arkaka. Cuando alcancemos este punto, volveremos a la carretera estrecha por donde hemos venido y seguiremos hacia arriba. Al final de la carretera hay una "pista forestal" con una bifurcación, por lo que continuaremos por la izquierda y subiremos.
En la parte izquierda nos toparemos con un caserío que debemos pasar. Después, nos encontraremos con otra bifurcación. Seguiremos recto. Una vez dejemos atrás la pista de cemento, nos meteremos en el bosque. A 600 metros alcanzaremos el cauce de Errekabeltz. Un cauce que "no siempre es posible cruzarlo", pero, si se consigue, hay que girar a la derecha y bajar hasta la cascada.
Este camino no es fácil y, encima, tiene una duración de dos horas. Si en verano es complicado, en invierno lo es más, pues con las lluvias es difícil llegar. En verano, eso sí, se corre el riesgo de que la cascada no tenga agua. Pese a ello, merece la pena visitar la poza por las increíbles vistas que ofrece.
Para poder disfrutar mejor de esta cascada se recomienda aparcar en los dos espacios que ofrece cerca del centro de interpretación y al final de la carretera. En ambos casos el aparcamiento es limitado y, además, la carretera es bastante estrecha.