España se encuentra llena de hermosos pueblos, concretamente poco más de 8.100 municipios maravillosos, según recoge el Instituto Nacional de Estadística (INE). En el norte del país es donde se ubican algunas de las villas más únicas y bellas del Estado que merecen una visita.
Y es que las localidades de Galicia, Asturias, Cantabria, Euskadi o Navarra destacan por su historia y por su belleza natural, su riqueza cultural y su arquitectura tradicional. Cada una de ellas mantiene sus propias características que las vuelve únicas. Aunque hay una cerca de Euskadi, en Cantabria, que sobresale por ser única.
La villa medieval más única
Se trata del municipio de Potes, uno de los más atractivos de Cantabria y cerca del País Vasco ideal para visitar un fin de semana durante este otoño. Según la web del Gobierno de Cantabria, Turismo Cantabria, en su artículo Potes, este pueblo es llamativo por sus particularidades geográficas.
Protegido por las montañas, rodeada de un paisaje impresionante y situada en la comarca de Liébana donde confluyen los ríos Deva y Quiviesa, en esta localidad se generaron las luchas medievales de las casas de los Mendoza y los Manrique. Esta villa que ofrece mucha historia sale mencionada "documentalmente desde mediados del siglo IX".
Se vinculó, desde los años finales del medievo, a la Casa del Marqués de Santillana y a la del Infantado después. A Potes se le llama la 'villa de los puentes' y de las torres, de ahí que sobresalga por sus torres del Infantado, que es la sede de exposiciones hoy día, y la de Orejón de la Lama del siglo XV.
"El conjunto de barrios de la parte antigua conserva un gran sabor popular y mucho encanto sus callejuelas y caserones (la mayoría con blasones) ayudan al visitante a imaginar tiempos pasados repletos de historia", expone la web. Otro de los aspectos más importantes de la localidad es la gastronomía, pues guarda un gran número de restaurantes de todo tipo en la que probar todo tipo de platos.
Una de las estrellas es el cocido lebaniego a base de los garbanzos típicos de la zona, berza, cecina o carne y relleno. "Las carnes son también de primera calidad en Potes, ya que nos encontramos en una zona eminentemente ganadera. Gozan asimismo de merecida fama los platos de caza mayor (jabalí y corzo) y los pescados de río como las truchas y los salmones del Deva".
Tampoco hay que olvidarse de los quesos artesanos, que permiten ofrecer al turista "otro de los bocados más exquisitos de la zona junto con los postres caseros". Así como los frisuelos, los canónigos, el arroz con leche y los sequillos de Potes. Todos estos productos se pueden encontrar en el mercado tradicional celebrado cada lunes en la Plaza de Potes. "Se trata de un mercado de hondas raíces históricas, punto de encuentro tradicional donde los lebaniegos intercambiaban sus productos agrícolas".
Se trata, por lo tanto, de tierra de ganado y ferias ganaderas. Asimismo, tanto Potes como la comarca ofrecen todo tipo de alternativas de ocio, culturales, naturales y deportivas, como el senderismo, la bici de montaña, la escalada, el esquí de travesía, la caza o la pesca, entre otras.