Euskadi es uno de los mejores territorios de España para vivir. Un lugar con una esperanza de vida alta, lleno de naturaleza, muy práctico (se puede ir a las capitales en poco tiempo en coche), con buenos servicios sanitarios y de transporte, grandes centros educativos y una buena economía. Sin embargo, escoger un hogar para vivir nunca es fácil, ya que se suelen tener varios factores en cuenta.

El primero y el más obvio es el precio. Le sigue la dimensión de la casa, ya que no todos buscan el mismo tamaño; la antigüedad de esta y la calidad de los materiales. El tercer factor y uno de los más importantes es el de la ubicación. Algunos buscan vivir en entornos tranquilos y la distancia que existe entre un lugar y la capital de la provincia en la que se reside es muy relevante para una gran mayoría por la comodidad que supone a la hora de hacer compras. 

El mejor pueblo de Euskadi para vivir

La página web de Turismo España ha recomendado Balmaseda (Bizkaia), en su artículo Algunos de los mejores pueblos del País Vasco para vivir la tranquilidad de cerca, como una de las mejores localidades vascas para vivir. Es, además, el pueblo más barato cerca de Bilbao, ya que se ubica a media hora del centro. Según el último informe sobre la Evolución del precio de la vivienda en venta en Vizcaya de la plataforma de alquiler, compra y venta de viviendas en España, Idealista, se puede llevar a cabo una comparativa de precios por zona.

Por lo que Balmaseda sería el pueblo más asequible con sus 1.681 euros por metro cuadrado a septiembre de 2024. El metro cuadrado en toda Bizkaia el mencionado mes se encontraba a 2.859 euros. Ello lo convierte en una opción atractiva para aquellos que buscan vivir cerca de la capital vizcaína y en un entorno tranquilo y lleno de belleza natural. 

Se trata de un pueblo que guarda mucha historia: esta localidad es, oficialmente, el primer municipio del territorio vasco y, por ende, la más antigua de la provincia. El Ayuntamiento de Balmaseda destaca que, pese a que los primeros restos de vida humana se datan en la prehistoria, "el título de Villa se le fue dotado" en el año 1199 por el señor de Bortedo, don Lope Sánchez de Mena. 

En la Edad Media, Balmaseda se volvió una "plaza comercial y en el principal punto aduanero del Reino de Castilla" del área cantábrica. Actualmente cuenta con un patrimonio muy extenso y variado. Esta fue el punto de encuentro de los comerciantes durante siglos debido a su gran actividad comercial y artesanal y, por lo tanto, una zona en la que convergían distintas culturas.

Cada turista que pasa por el municipio de más de 7.000 habitantes no duda en disfrutar de diferentes actividades al aire libre o de visitar la iglesia de San Severino ubicada cerca del Puente Viejo. Según la web de Turismo Euskadi en su artículo Balmaseda, otras construcciones fundamentales son las del Convento de San Roque y Santa Clara, el museo dedicado a la Pasión Viviente y Boinas La Encartada (que es una fábrica textil del siglo XIX), la iglesia de San Juan del Moral o los palacios de Urrutia y Horcasitas.

Además, lejos del casco antiguo se pueden realizar recorridos al aire libre que rodean la villa. Una de las rutas lleva a la cumbre del monte Kolitza, que es uno de los montes más populares de la provincia al igual que Gorbeia, Oiz, Sollube y Ganekogorta.