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La burocracia y la realidad a veces chocan de frente. "Nos estamos sintiendo meros números para el departamento", denuncia Janire, que intenta a toda costa matricular a su hija Maya, de cuatro años, en la Ikastola Ikasbidea de Durana, donde reside la familia.

Sin embargo, no ha podido hacerlo debido a la negativa del Departamento de Educación del Gobierno vasco. La razón es que su solicitud llegó fuera del plazo ordinario, al haberse mudado a Durana después de que el período de matriculación finalizase. 

Cuando la familia llegó a esta localidad alavesa, comenzaron los contactos entre Janire y el Departamento de Educación para matricular a Maya.

No obstante, el plazo para realizar la solicitud se remonta a febrero, por lo que la familia se encontraba fuera de plazo para realizar la solicitud ordinaria de matriculación. 

"En febrero de 2023 no sabía qué iba a ser de nuestra vida, considero que desde el Departamento de Educación tiene que haber un plan B para estos casos", señala a este diario Janire.

En principio, la Orden de 27 de diciembre de 2022 del Gobierno vasco, por la que se establecen las bases para la escolarización de los alumnos fuera del proceso ordinario, regula estos casos de "incorporación tardía al sistema educativo", explica la afectada.

Sin embargo, añade, "aunque este decreto permite aumentar los ratios de las aulas en un diez por ciento, desde el Departamento de Educación nos han comunicado que no lo van a aplicar en nuestro caso".

¿Cuándo hay que hacer excepciones? ¿Quién valora esa opción? ¿Hay esperanza para que Maya, como todos sus vecinos, pueda ir a la ikastola andando? Preguntas por ahora sin respuesta que entroncan con el viejo debate entre la ley y su espíritu. 

"Investigando"

Por su parte, el Departamento de Educación asegura a Crónica Vasca que "se está investigando el tema". Aunque reconocen la existencia de la Orden, explican que en estos casos "es necesario analizar si esta norma es aplicable a esta situación o si corresponde a otro tipo de casos", pero para Janire, "Maya lleva ya dos meses de retraso en su inicio a la ikastola". 

Según la madre de Maya, la solución que les ha ofrecido el Departamento dirigido por Begoña Pedrosa ha sido la escolarización en la Ikastola Toki Eder.

No obstante, la familia no está satisfecha, ya que la ikastola que les corresponde por proximidad a su domicilio es la de Durana, y la distancia entre ambos centros es de "quince minutos en coche por carretera" y "además, no hay transporte público escolar que pase por Durana, ya que es un pueblo que ya cuenta con su propio colegio".

“No están teniendo en cuenta las necesidades emocionales de Maya de ser escolarizada en su pueblo y seguir con el vínculo de sus amigos y amigas del pueblo”, concluye con desánimo Janire, quien confía en que finalmente su caso se pueda solucionar.

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