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Euskadi se encuentra repleto de maravillosos pueblos costeros capaces de cautivar a cualquiera, aunque estos no lo son todo. El territorio vasco guarda muchos secretos y arquitectura preciosa que se hallan en localidades muy poco conocidas en plena naturaleza, desde el pueblo más alto del País Vasco y casi fantasma en el que residen 19 vecinos hasta el pueblo misterioso con el nombre más raro.  

Este se ubica en la provincia de Gipuzkoa y a una hora en coche de su capital, San Sebastián, porque la región guipuzcoana es un destino ideal para los amantes de la naturaleza exuberante, los pueblos pintorescos y las tradiciones vascas, pues cuenta con una diversidad de paisajes. 

Escoriaza, el pueblo con el nombre más raro

El pueblo con el nombre más raro es el de Escoriaza o Eskoriatza, en el valle de Leniz. Se trata de un municipio del Alto Deba muy atractivo para todo turista por su patrimonio arquitectónico y paisajes hermosos en los que realizar actividades como el senderismo, la escalada o el parapente. Así lo expone el artículo Eskoriatza de Turismo Euskadi. 

Esta localidad de poco más de 4.000 vecinos se encuentra rodeada de las sierras Zaraia y Elgea y creada un "núcleo urbano principal y siete anteiglesias", así como barrios rurales "con personalidad propia y mucho encanto". El casco urbano es un imprescindible. Organizado en dos calles, las de Aranburuzabala y Arana, se pueden observar unas muestras impresionantes de arquitectura popular, como casas con una estructura de madera "realizadas en mampostería" y con algunos elementos de sillería. 

La plaza principal se ubica en la confluencia de ambas calles, donde se podrá visitar la parroquia de San Pedro y la casa consistorial, una construcción del siglo XIX "construido en sillería y con soportal de tres arcos". Cerca del ayuntamiento se sitúa el Museo Escuela de Eskoriatza, que muestra al turista "la perspectiva evolutiva desde la prehistoria hasta la era digital" y, además, guarda diferentes talleres de actividades y juegos.

"El hospital del Santísimo Rosario, monumento histórico-artístico y actualmente, sede de Mondragón Unibertsitatea, es otro de los edificios característicos de la localidad", apunta la web. Así como el horno de alfarería de Zubiate, usado en los siglos XIX y XX en la producción de cerámica para uso común, y que fue declarado Bien Cultural por el Gobierno Vasco.

Asimismo existen diferentes itinerarios que ayudan a conocer los barrios rurales de Eskoriatza. "El recorrido que discurre por el trazado del antiguo ferrocarril Vasco-Navarro, por ejemplo, atraviesa las anteiglesias de Marín, Mazmela y Zarimutz (situadas en dirección a Leintz-Gatzaga), donde destacan el caserío Isasi, la ermita de San Bartolomé y la parroquia de San Pedro, respectivamente".

El barrio de Bolibar guarda una belleza única, como la ermita de Santa Cruz, los monumentos megalíticos encontrados en la sierra de Zaraia, los restos de un castillo del siglo XII encontrados en el monte Aitzorrotz y la ermita de San Pedro y su preciosa bóveda de madera en las faldas del monte. "En la anteiglesia de Apotzaga, por último, disfrutaremos de excelentes vistas de los montes Anboto y Udalaitz. Además, merece especial mención su singular cementerio, de forma circular, y el conjunto de caseríos de la zona".