El Día de Todos los Santos es uno de los días más esperados para reunirse con los seres queridos. La tradición de acudir al cementerio para conmemorar a los fallecidos y regalarles flores perdura en Euskadi y en el resto de España. Por ello, decenas de ciudadanos visitarán este viernes las tumbas de sus seres más preciados con intención de mantener cercanía con los familiares y fallecidos. Unas visitas que se hacen desde hace siglos.
Esta festividad cristiana es una de las más importantes de España, ya que tiene como propósito recordar y venerar a las personas que llevaron una vida ejemplar. Es casi una obligación acudir a los distintos cementerios y regalar unas preciosas flores a los fallecidos para que siempre sean recordados, tal y como se hace en algunas otras ocasiones especiales como los nacimientos, los bautizos o las bodas.
La flor favorita en Euskadi
Las flores más vendidas tradicionalmente y, según indica la web de la floristería Bruflor en su artículo Prepárate para Santos: las flores más demandadas, son los crisantemos. Esta es la más demandada en España de todas por su durabilidad y por "soportar bastante tiempo" en condiciones óptimas después del corte. Todo un símbolo de la eternidad y longevidad. Se entiende que cuando uno regala crisantemos acabará encontrándose con la persona fallecida.
Pero, en Euskadi, suelen ser las rosas, los claveles, los gladiolos y las margaritas las más compradas, entre otras. Las primeras se usan en diferentes ocasiones y representan el amor sincero hacia el difunto. Las segundas son unas flores muy resistentes sin apenas cuidados. Simbolizan el orgullo y la unión y se usan para mostrar respeto.
Los gladiolos muestran elegancia y se venden para expresar admiración por el muerto y aprecio o amor por este. Las margaritas son otras imprescindibles para este día, relacionadas con el optimismo para afrontar el duelo y con un homenaje leal.
La tradición de llevar flores a los seres queridos lleva haciéndose desde hace siglos, según la web del Centro de Jardinería Gorbeia en su artículo Todos los Santos: La tradición llevar flores a quienes echamos de menos. No es de extrañar, ya que las flores están muy presentes en distintas celebraciones a lo largo de nuestra vida.
La de llevar flores a los muertos es una tradición que se remonta a la prehistoria. "La primera tumba a la que llevaron flores data de hace 13.000 años, según los enterramientos de la Edad de Piedra descubiertos en Israel", apunta la web. Las sociedades primitivas "hacían ofrendas de flores a los difuntos" con la intención de "evitar el olor" que dejaban los fallecidos.
"También los egipcios echaban mano de las plantas para cubrir a los difuntos hasta enterrarlos y al no contar todavía con técnicas de embalsamamiento. Con el tiempo, la mayoría de las sociedades y religiones han adoptado el uso de flores y pétalos en la muerte de los seres queridos como puro simbolismo".