Ni Cataluña ni Euskadi: el único pueblo de España con doble nacionalidad es este
- Solo existe una localidad con doble nacionalidad no oficial y esta se encuentra a 7 horas en coche de Euskadi.
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España guarda diferentes idiomas que coexisten en armonía con el español. Desde el euskera y el gallego hasta el catalán y el valenciano. Estas son las lenguas oficiales del país en las comunidades autónomas, según detalla el Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática.
Sin embargo, por muchas lenguas que guarde nuestro país, los ciudadanos de cada territorio solo tienen como nacionalidad la de España. Todo cambia en un municipio, ya que solo existe una localidad con doble nacionalidad no oficial y esta se encuentra a 7 horas en coche de Euskadi.
Olivenza, el pueblo de doble nacionalidad
Este es el pueblo de origen templario de Olivenza, en Badajoz (Extremadura), y está en la frontera con Portugal. Ubicado muy cerca del río Guadiana, se encuentra dentro de la lista de Los Pueblos más Bonitos de España. Lo más curioso de este tesoro no muy conocido es que los vecinos pueden pedir al gobierno de Portugal la nacionalidad portuguesa debido a la fusión de ambos países.
El origen de Olivenza, tal y como expone la Diputación de Badajoz en su página web, se relaciona con la reconquista de Badajoz por el rey de León, Alfonso IX. "Para recompensar la participación que los Templarios a su servicio tuvieron en esa campaña, Alfonso IX les concedió los enclaves de Burgillos y Alconchel. Desde ese punto la Orden creó la encomienda de Olive-entia, erigiendo un templo a Santa María y levantando un castillo", apunta.
Fue Alfonso X el Sabio quien desalojó a los templarios y otorgó la zona al Concejo y Obispado de Badajoz. "Más tarde, Olivenza sería cedida por Fernando IV de Castilla al Rey D. Dinis de Portugal por el Tratado de Alcañices en 1297", lo que supuso la "revalorización estratégica de sus tierras".
D. Dinis transformó la aldea en una villa y, además, reconstruyó el castillo templaria e "impulsó la colonización del término con portugueses". Así fueron realizando, con el paso del tiempo, distintas obras defensivas y, en 1488, D. João II levantó un torreón de 40 metros. Mientras, en el año 1509, D. Manuel comenzó con la construcción de un puente fortificado sobre el río Guadiana de 19 arcos y 450 metros de tablero. Aún hay más y es que en su reinado se crearon maravillosas construcciones como la Santa Casa de la Misericordia Iglesia de la Magdalena o la portada de las Casas Consistoriales.
Después del siglo XVI, Olivenza entró en la Guerra de Restauración de 1640 y en 1657 conquistó la localidad el Duque de San Germán y, posteriormente, fue devuelta a Portugal tras la firma de las Paces de Lisboa (1668). "De este período data el diseño de sus fortificaciones abalvartadas, cuya construcción se dilataría durante la siguiente centuria", apunta la Diputación de Badajoz. Más adelante, el político Manuel Godoy la incorporó a la soberanía española gracias al Tratado de Badajoz.
"Aunque las potencias vencedoras de Napoleón se obligaron en el Art° 105 del Congreso de Viena a dedicar sun mejores esfuerzos conciliatorios para que Olivenza fuese devuelta a Portugal, las negociaciones nunca se llevaron a efecto". Asimismo, "subsiste íntegro" el Tratado de Badajoz del año 1801 como "fundamento jurídico" de la soberanía española sobre este pueblo.
La villa con "personalidad propia" de Olivenza es, en definitiva, una localidad en la que conviven las culturas españolas y portuguesas. Un símbolo de unión en el que se fusionan el respeto y el cariño y así se refleja en las joyas que guarda. "Todos los monumentos del pasado portugués (tesoro artístico recibido en herencia por los oliventinos) han sido recuperados y restaurados gracias a la iniciativa municipal".