Jon Rahm en Valderrama / EFE

Jon Rahm en Valderrama / EFE

Sociedad

El vasco Jon Rahm lo tiene claro: "Soy un adicto al golf, no veo el día en que llegue a ser un trabajo"

Rahm mantiene intacta su ambición e ilusión y llega a Valderrama con la ilusión de estrenarse en un campo que se le resiste

La entrada al LIV Golf perjudica a Jon Rahm: ingresa un 60% menos fuera de campo

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A sus 30 años, Jon Rahm se ha convertido en una de las figuras más representativas del golf mundial. Campeón del Abierto de Estados Unidos en 2021 y del Masters de Augusta en 2023, el vizcaíno no solo acumula títulos, sino que también transmite un amor inquebrantable por su deporte.

Su presencia en Valderrama, donde se disputa el LIV Andalucía, vuelve a poner el foco en un jugador que no se cansa de competir y que, lejos de hablar de cansancio o rutina, confiesa: "Soy un adicto al golf, no veo el día en que llegue a ser un trabajo".

En un mundo donde la presión por los resultados puede convertir la pasión en obligación, Rahm es una rara excepción. “Jugar a golf para mí es una pasión. Me apasiona, me encanta y lo hago con una alegría cada vez que voy que es difícil de explicar”, asegura.

No es una frase vacía. La forma en que el de Barrika encara cada torneo, sea del circuito PGA o del LIV financiado por Arabia Saudí, refleja ese entusiasmo que parece no agotarse con el paso del tiempo.

En su segunda temporada como parte del LIV Golf, Rahm lidera el equipo Legión XIII y se muestra convencido de que este nuevo formato aporta algo distinto al deporte: “Es una oportunidad de dar al golf un aire distinto. Me parece que es mucho más fácil ser aficionado de un equipo que de un jugador solo”. Con este enfoque, la competición gana en narrativa y rivalidad colectiva, algo que él mismo considera un ingrediente importante para captar nuevos aficionados.

Ambición e ilusión

Aunque este año aún no ha logrado ningún título, Rahm mantiene intacta su ambición. Llega a Valderrama con la ilusión de estrenarse en un campo que se le resiste. “Ganar aquí sería muy especial. Solo Sergio García ha conseguido hacerlo entre los españoles. Ni Severiano Ballesteros ni José María Olazábal pudieron. Eso dice mucho del nivel de dificultad del campo”, explicó. Para él, Valderrama es más que un reto deportivo; es parte del legado del golf en España, una motivación que le empuja a exigirse más.

Además del componente competitivo, hay un factor emocional que Rahm no oculta cuando juega en suelo español. “Venir a jugar a España siempre es algo especial. Vengo no sé si rejuvenecido, más energético. El apoyo que me da el público es increíble”, confiesa. El calor del público, la cercanía cultural y la conexión con sus raíces le proporcionan una energía difícil de igualar en otros escenarios internacionales.

Su compromiso con el golf va más allá de lo profesional. Lejos de imaginar una retirada próxima, bromea diciendo que jugaría incluso con andador si pudiera: “A veces me pregunta Kelley (su esposa) y le digo que si puedo, voy con taca taca para ir adelante y ya iremos”. Esta visión casi romántica del golf revela su vínculo con un deporte que considera parte esencial de su identidad.

Jon Rahm en el campo de Valderrama en San Roque (Cádiz), EFE/A.Carrasco Ragel.

Jon Rahm en el campo de Valderrama en San Roque (Cádiz), EFE/A.Carrasco Ragel.

Objetivos en mente: competir, disfrutar y seguir amando el golf

Por otro lado, Rahm no pierde de vista los grandes objetivos. El Open Británico, que se celebrará la próxima semana en Royal Portrush (Irlanda del Norte), es uno de sus grandes sueños. “El Open es el torneo más especial que hay. Para mí, ganar el Open, el torneo más antiguo donde empezó el golf, es lo más especial”. Un triunfo en tierras británicas le colocaría como el primer español en conquistar tres majors distintos, un hito que lo acercaría aún más al legado de los grandes del golf nacional.

En Valderrama, Rahm estará acompañado de su familia, un factor que sin duda alimenta su motivación. Con tres hijos pequeños y una carrera aún en plena madurez, el jugador vasco compagina la exigencia profesional con una vida personal intensa. Pero su norte sigue siendo claro: competir, disfrutar y seguir amando el golf como el primer día.

Jon Rahm no solo es un golfista de talla mundial. Es también un símbolo de entrega, constancia y amor puro por el deporte. Mientras muchos ven en el golf una profesión exigente, él lo vive como un regalo diario. Y mientras esa pasión siga intacta, el golf seguirá teniendo en Rahm a uno de sus máximos exponentes.