Un turista tinerfeño no se corta y crítica San Sebastián: “Mucho jaleo, los precios de los pinchos y las bebidas muy caros en general”

El País Vasco es uno de los destinos favoritos en verano para los visitantes nacionales y extranjeros. Un beneficio para la comunidad vasca que un sector de su economía depende del turismo.

No obstante, este fenómeno del turismo no solo genera ventaja en un sector, sino que influye negativamente en muchos otros, generando desequilibrios sociales y urbanísticos que afectan directamente a la calidad de vida de los residentes.

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A pesar de ello, Euskadi no ha obtenido una buena calificación por parte de los turistas. La comunidad vasca es una de las más afectadas y que peor nota de reputación del turismo de España tiene, solo por detrás de Cataluña, según el último Barómetro de Percepción Turística de la consultora Llorente y Cuenca.

Hablamos de que Euskadi ha logrado una nota de 3,9 puntos sobre 10, debido sobre todo a la turistificación de Bilbao y San Sebastián. Y es que esto está convirtiendo a las ciudades cada vez menos atractivas tanto para los que viven en ella como para el que decide venir a visitarla.

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Juan Antonio llegó a San Sebastián desde Candelaria (Tenerife) y su experiencia no fue de las más gratificantes. Así crítico su estancia por Trip Advisor: “Muchas personas en la calle y en los locales, mucho jaleo, los precios de los pinchos y las bebidas muy caros en general. En el caso de Menú del día por encima de 40 euros en los pocos restaurantes que los tenían y eso que era día no festivo”.

Como el tinerfeño hay otros tantos, inclusive los propios vecinos de San Sebastián, que piensan que “se está convirtiendo en un parque temático”. Según el estudio mencionado, los principales problemas que apoya esta afirmación son los precios de la vivienda en aumento y una pérdida de la cultura local.

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Polémica del turismo en los residentes donostiarras

El turismo está generando mella entre los residentes donostiarras. Las comunidades vecinales sufren el ruido, la rotación constante de inquilinos y una falta de regulación efectiva que permita equilibrar los intereses económicos con la convivencia pacífica. El tejido social se resiente ante estos cambios, debilitando la cohesión entre vecinos.

Y, concretamente, Donostia es la ciudad vasca que más turista tiene, lo que la convierte en la más cara para vivir. Según recoge EFE, las protestas contra la turistificación en esta ciudad han cobrado fuerza y reflejan un sentimiento generalizado de que la ciudad "está siendo invadida por turistas, lo que afecta negativamente la calidad de vida de los residentes".