Un hombre acusado de agredir sexualmente a una niña de 10 años, hija de su compañera sentimental en la vivienda en la que los tres convivían, ha reconocido este miércoles los hechos y se ha conformado con una condena de dos años de prisión y una multa de 1.800 euros.



Inicialmente, la Fiscalía de Gipuzkoa reclamaba para el inculpado penas que sumaban cinco años y nueve meses de cárcel por un delito de abusos sexuales con la agravante de parentesco y otro de exhibición de material pornográfico a menores de edad, ya que el hombre había mostrado un vídeo de este tipo a la niña.



No obstante, durante la vista celebrada este miércoles en la Sección Primera de la Audiencia de Gipuzkoa, el procesado ha admitido lo sucedido y ha llegado a un acuerdo de conformidad con el Ministerio Público que ha retirado la citada agravante y ha adecuado su petición a la nueva normativa del "sólo sí es sí" para rebajar su solicitud de condena hasta los dos años. No obstante, fuentes jurídicas han explicado a EFE que esta rebaja podría haberse llevado a cabo igualmente teniendo en cuenta la legislación anterior.



Además de la mencionada pena de prisión, el procesado no podrá aproximarse a su víctima ni comunicarse con ella durante cinco años y deberá permanecer en situación de libertad vigilida siete años. En cualquier caso, el hombre no ingresará en prisión ya que la pena de cárcel le ha sido suspendida, al no contar con antecedentes, con la condición de que no vuelva a delinquir en un plazo de tres años y de que siga un curso de educación sexual.



Según el escrito de acusación de la Fiscalía, al que ha tenido acceso EFE, los hechos sucedieron en una fecha indeterminada del mes de julio o agosto de 2018, cuando el inculpado aprovechó una ausencia de la madre de la niña del domicilio, ubicado en una localidad de la costa guipuzcoana, para abusar de la pequeña.



De esta manera, aprovechó para convencerla de que se quitara la ropa y se tumbara sobre una cama con el fin de practicarle varios tocamientos con ánimo de "satisfacer sus lúbricos deseos" y la excusa de enseñale cuáles eran las partes íntimas femeninas. Asimismo, en fechas similares el procesado mostró a la niña un vídeo de contenido sexual explícito con el propósito de satisfacer su propio "ánimo libidinoso".