La mujer que fue detenida en el verano de 2020 en San Sebastián mientras practicaba surf en una playa cuando supuestamente debería estar aislada en su domicilio, al estar presuntamente contagiada de covid-19, será juzgada próximamente en la capital guipuzcoana. La Fiscalía solicita una multa de 3.240 euros para esta joven, a la que acusa de un delito de resistencia grave a agentes de la autoridad.
Según informó en su día el Departamento vasco de Seguridad, los hechos se produjeron el 7 de septiembre, cuando la mujer fue identificada a mediodía en la playa de la Zurriola haciendo surf mientras supuestamente debería haber estado aislada en su domicilio al estar contagiada y con orden de permanecer aislada. Tras contrastar que efectivamente esta persona se había saltado el confinamiento, una dotación de la Ertzaintza acudió a la playa y conminó a la joven a que saliera del agua. Presuntamente ella hizo caso omiso a las indicaciones de los agentes, hasta que, una hora después acabó saliendo a la playa, donde le esperaban varios agentes uniformados y al menos cuatro policías provistos con buzos y material de protección para detener a la infractora sin riesgo de contraer la enfermedad.
Según recoge el escrito de acusación provisional del Ministerio Público, al que ha tenido acceso EFE, los policías que acudieron a la playa requirieron a la procesada para que saliera del agua "en repetidas ocasiones" durante más de una hora. El texto de la Fiscalía aclara que, a lo largo de este tiempo, "incluso uno de los socorristas" del arenal, siguiendo las indicaciones de la Ertzaintza, se introdujo en el agua para informar a la acusada de que la Policía Vasca "la estaba esperando en la orilla".
Sin embargo, la mujer, "actuando con ánimo de atentar contra el principio de autoridad, presuntamente hizo caso omiso de las ordenes que recibía de la Ertzaintza" y continuó en el interior del agua, hasta que finalmente la abandonó "por el lado de la playa" más lejano a los agentes "con la finalidad de eludirlos", algo que no consiguió ya que finalmente fue "interceptada" por los ertzainas.
Con posterioridad, este incidente dio lugar a una agria polémica en las redes sociales donde una persona que grabó en vídeo todo este incidente fue objeto de amenazas, lo que dio lugar a la apertura de un segundo procedimiento judicial contra la surfista, que sin embargo fue archivado provisionalmente ante la imposibilidad de recabar diferentes datos de una red social.