El exjugador de la Real Sociedad, Javi de Pedro, ha entrado este martes en la prisión de Martutene, donde cumplirá una condena de nueve meses por violencia de género. El riojano, que en ese momento se encontraba trabajando en una sidrería de Astigarraga, fue arrestado después de encontrarse en busca y captura, orden que fue emitida por el juzgado de Donostia después de una sentencia firme por maltrato a una mujer. La Ertzaintza llevaba días detrás del exfutbolista, que había cambiado de domicilio en varias ocasiones para evitar su detención.
Su entrada en prisión se produce después de que el pasado domingo, la víctima presentara una nueva denuncia contra él. La denunciante se vio obligada a pasar incluso por quirófano debido a una rotura del radio y del cúbito del brazo, todo ello a raíz de una supuesta agresión por parte del riojano. Además de entrar en prisión, el juzgado de la capital guipuzcoana le ha impuesto una orden de alejamiento durante un año y cuatro meses, con la que no podrá acercarse a la víctima a menos de 300 metros, ni tampoco al lugar de trabajo, al domicilio ni cualquier otro sitio donde se encontrara.
En 2009, se enfrentó a una petición de un año de prisión por conducir ebrio y sin carnet
No es la primera vez que Javi de Pedro se encuentra envuelto en temas de este tipo. Ya en el año 2009, el exjugador de la Real se enfrentó a una petición de 12 meses de prisión por conducir ebrio y con el carnet retirado. La Ertzaintza informó que se encontraba "bajo la influencia de la ingesta de alcohol, con ojos enrojecidos y brillantes", así como mostrar "un estado eufórico y agresivo". En la prueba, dio un resultado de 0.74 miligramos de alcohol por litro de aire respirado.
"Necesita ayuda"
Un año más tarde, fue detenido por agredir a su pareja, aunque en esa ocasión, fue puesto en libertad con cargos. La mujer tuvo que ser atendida en un centro sanitario donostiarra de las lesiones que sufrió. Además de ello, fue condenado a 51 días de trabajos en beneficio de la comunidad por un delito continuado de amenazas y por una falta de injurias. Según se recogía en la sentencia, De Pedro le envió mensajes a su teléfono móvil con expresiones amenazantes, así como frases de menosprecio, alguna de ellas de contenido sexual.
Varios excompañeros admitieron en su momento que el riojano "necesita ayuda, el problema es que él cree que no"
Una medida que, lamentablemente, no provocó un cambio en el jugador, que volvió a agredir a otra más ocho años después, en 2018. Tampoco terminó en prisión, después de que la Fiscalía y el exfutbolista llegaran a un acuerdo por el que el inculpado admitía los hechos. Varios excompañeros, tal y como citan varios medios de comunicación, admitieron en su momento que el exdeportista "necesita ayuda, el problema es que él cree que no".