El ya célebre vídeo electoral de EH Bildu pretendía ser divertido pero traspasa cualquier línea roja. Llamar "moscas cojoneras", "mosquitos" y "zánganos" a los adversarios políticos ya resulta cuestionable. Pero disfrazarse de crema solar para también llamarlos "fascistas" es directamente inaceptable.
Vaticinó hace unos días Arnaldo Otegi, coordinador general de Bildu, que se avecinaba una campaña "sucia". Y tenía razón, pero ha sido precisamente su formación la primera en embarrar el camino y enlodar el debate público.
Ni ese vídeo insultante era necesario ni los ciudadanos demandan estas bromas de mal gusto antes de votar. Parece que la ciudadanía desea más propuestas y más diálogo frente a estos ataques que no construyen nada bueno.