Cada año, cuando llega la temporada estival, las plantillas del Servicio Público de Salud se ven mermadas por las vacaciones de los profesionales sanitarios y, en Euskadi, más de un centenar de centros son cerrados parcial o totalmente para adaptarse a este nuevo horario de trabajo. En concreto, este año Osakidetza ha optado por 'recortar' la actividad de hasta 126 centros de Atención Primaria, en una decisión que pronto fue rechazada por los sindicatos ELA y CCOO.
La última responsable de estos recortes es la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, cuya popularidad está, cuanto menos, a la baja. Especialmente en este último año en el que las manifestaciones, protestas y movilizaciones por parte del sector sanitario vasco se han amplificado considerablemente. Pero aún así, y con su permanencia en el nuevo Gobierno vasco casi descartada, Sagardui sigue sin aparecer ni dar respuestas a las exigencias y reclamos de los sindicatos.
Tanto en la campaña de las autonómicas como en esta de las europeas, la actual consejera en funciones ha quedado, no en un segundo o tercer plano, sino casi ya como alguien ajena al partido. Limitando al mínimo sus apariciones públicas, sin disposición a dar explicaciones por las decisiones de su departamento e, incluso, plantando al Consejo Interterritorial de Sanidad que se celebró este miércoles. Con la excusa de que, desde el Ministerio de Salud dirigido por Mónica García (Sumar) no se han adoptado las medidas suficientes para paliar la escasez de profesionales.