Esta misma semana, la red de apoyo a los presos de ETA, Sare, pedía a la nueva consejera de Justicia del Gobierno vasco, María Jesús San José, "soluciones creativas" que aceleren la excarcelación de los etarras que continúan cumpliendo sus penas en prisión, casi todos ellos en cárceles vascas y navarras.
El portavoz de Sare, Joseba Azkarraga, hablaba de "vulneración de derechos" de quienes cumplen condena por extorsionar, secuestrar y asesinar. Pero quizás, que los etarras salgan de prisión antes de lo que les corresponde y sin cumplir los requisitos establecidos por la ley, lo que sí vulnera es la dignidad de todas las víctimas. Algo que parece lógico y evidente, aunque algunos no lo quieran ver así.
"Que los etarras estén presos por haber asesinado o ayudado a asesinar, no vulnera sus derechos", le recordaba a Sare el Colectivo de Víctimas del Terrorismo en el País Vasco (Covite). Y ahí, como señalaban desde Covite, no existe "creatividad" que esconda y justifique un hecho tan vergonzoso.