La portavoz del PNV en el Congreso, Maribel Vaquero EFE
La operación Talgo está en un momento delicado. Si hasta ahora solo había malas sensaciones por los retrasos en el cierre de la compra del 30% por el consorcio que lidera José Antonio Jainaga, el PNV se ha encargado de confirmar que pinta feo. En un movimiento inesperado, su portavoz en Madrid, Maribel Vaquero, daba a conocer que la Sepi daba marcha atrás a su apoyo y acusaba al Ejecutivo central de "obstaculizar" la compraventa con el consiguiente retorno de la sede de la ferroviaria a Álava.
Más allá de las dudas que rodean a la operación, lo cierto es que la acusación de Vaquero destapa grietas en la alianza que parecía sólida entre Vitoria y Madrid para dejar Talgo en manos de un inversor industrial nacional, y todo ello cuando ya hubo una foto en febrero, con el propio Jainaga y los dos consejeros económicos nacionalistas de Lakua (Mikel Jauregi y Noël d'Anjou) celebrando el éxito. Meses más tarde se confirma que el brindis se produjo antes de tiempo.