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El lehendakari, Imanol Pradales, anunció durante el pleno de política general algunas medidas relevantes relacionadas con la economía y la empresa. Destacó sobremanera su "vía rápida" para acelerar proyectos industriales como algo positivo. 

Sin embargo, al lehendakari le faltó ambición en su discurso. Acaso por un exceso de celo para no lanzar promesas que quizás no se puedan cumplir o acaso porque estaba más preocupado de cuestiones como el nuevo estatuto que quiere cerrar antes de junio de 2026, pero, sea por lo que fuere, su discurso sonó un tanto escaso. Sobre todo, en materia empresarial. 

El Gobierno vasco tiene un buen diagnóstico de la situación de la economía y de sus empresas. Eso es innegable. Pero a la hora de plantear soluciones para los problemas se echan en falta más imaginación y más audacia políticas

En momentos complicados como el actual, en un contexto internacional tan complejo, hace falta más valentía política. Y, sobre todo, más soluciones a los problemas reales de las personas y las empresas en Euskadi. Porque es positivo hablar de la búsqueda del "bienestar emocional" de los vascos, pero es más importante decir cómo se quiere lograr ese objetivo loable. 

Está bien, por ejemplo, liderar "una estrategia integral" de país sobre el uso de las pantallas. ¿Pero eso cómo se traduce en algo real? ¿Qué políticas quiere llevar a cabo? Sobran buenas intenciones pero faltan respuestas, en suma. 

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