Fallece a los 74 años el pintor Juan Luis Goenaga, mito del expresionismo vasco
Un adiós inesperado que deja a sus seguidores sin la luz de su mirada. Pero, por suerte, quedan sus obras para recordarle
13 agosto, 2024 23:13Luto para las artes vascas. El pintor donostiarra Juan Luis Goenaga, uno de los máximos exponentes del expresionismo vasco, casi en la categoría de mito para muchos, ha fallecido este martes a los 74 años. Un adiós inesperado que deja a sus seguidores sin la luz de su mirada. Pero, por suerte, quedan sus obras para recordarle.
La noticia ha caído como un mazazo. El portavoz y vicesecretario de Cultura del PP, Borja Sémper, y pareja de la actriz Bárbara Goenaga, hija del artista donostiarra, ha confirmado el fallecimiento de su suegro a través de las redes sociales. Curioso que se anuncie por esa vía el adiós a un hombre que parecía de otro tiempo.
En un mensaje en X, Sémper ha afirmado que "ha fallecido Juan Luis Goenaga, mi suegro y amigo". "El artista total, el último bohemio, un hombre honesto y libre, como solo saben serlo los artistas de verdad. Se nos va una parte del corazón, nos queda su obra, su inmenso recuerdo y su ejemplo humanista. Goian bego", ha expresado.
Tal y como destaca Europa Press, el artista inició a principios de la década de 1970 su carrera dentro del denominado 'land art', y la pintura ha sido, desde su casa taller en su caserío de Alkiza (Gipuzkoa), el principal medio expresivo de su obra a lo largo de más de cinco décadas de trabajo.
Este artista fallecido este lunes es definido como un creador autodidacta que comenzó su carrera artística a finales de los años 60 y que alimentó su arte de la naturaleza de la que ha estado rodeado durante casi toda su vida en el citado pequeño pueblo del interior guipuzcoano.
Con sólo 20 años empezó a destacar. Durante su juventud viajó por Europa adquiriendo una formación autodidacta y perfilando un estilo personal. Sus intereses temáticos se han centrado en referencias a la naturaleza, el mundo rural y lo primigenio en una práctica artística que incluye la pintura, la fotografía y la construcción de objetos escultóricos.
La obra de Goenaga ha estado presente en galerías internacionales, colecciones particulares, de Kutxa y de otras instituciones como la Diputación de Gipuzkoa o el Bellas Artes de Bilbao.
Goenaga, el artista tímido que dejó hablar a sus cuadros.
Efe. El artista vasco Juan Luis Goenaga, fallecido este martes en Madrid, fue un hombre extremadamente tímido, al menos en sus comparecencias públicas. Prefería dejar hablar a sus cuadros, que iban surgiendo según avanzaban las pinceladas.
Decía que la pintura era "autónoma", que no se dejaba llevar por los estados de ánimo del autor en su cromatismo. "Eso está bien en la literatura, pero sería de mal pintor", aseguró en una de sus últimas apariciones, cuando la Sala Kubo del Kursaal donostiarra saldó una deuda con él organizando una retrospectiva de su obra.
Fue en 2020, tras el confinamiento. Hasta ese momento, su ciudad natal solo había realizado una única revisión de su obra y lo había hecho 25 años antes, en el centro Koldo Mitxelena.
La casualidad hizo coincidir la apertura de la exposición en septiembre con la edición del Zinemaldia en la que Woody Allen estrenó 'Rifkin's Festival", rodada en San Sebastián, para la que su hija, la actriz Bárbara Goenaga, filmó una pequeña escena que quedó fuera del montaje y para la que él prestó cuadros y enseres de su taller.
El encuentro del pintor y el cineasta neoyorquino, que tanto Bárbara como él definieron en algunos medios como una reunión "entre dos marcianos", volvió a llevar al creador donostiarra a la actualidad. A Goenaga, que rehuía hablar de sí mismo, tampoco lo hizo sobre esa conversación entre tímidos.
El artista volvía en ocasiones una y otra vez a las pinturas que construía a base de "capas y capas", un proceso del que disfrutaba este creador que en sus inicios se codeó con el grabado y la escultura y que en la fotografía encontró también una forma fundamental de expresarse.
Goenaga, uno de los mayores exponentes del expresionismo vasco, nunca se planteó qué es lo que iba a pintar, ya se tratase de las hierbas y raíces apegadas a su tierra o del arte más urbano que también frecuentó.
El cuadro "aparecía" sin más, como le ocurrió también con los paisajes de su ciudad a los que bautizó como 'los donostis'.
"Pintar es un proceso de capa sobre capa. Cuantas más capas puedas añadir, más disfrutas y si la capa anterior tiene veinte años, mejor", afirmaba Goenaga, que en 1969 se instaló en su caserío de Alkiza, donde mantuvo la vinculación a la tierra, sus colores y sus formas, sin olvidar la existencia del resto del mundo.