Equipo de trabajo de 'La infiltrada'

Equipo de trabajo de 'La infiltrada' Mikel Blasco

Cultura

Los desafíos de grabar ‘La infiltrada’ en San Sebastián: el clima, la globalización y los permisos

Crónica Vasca habla con la directora y la productora de La infiltrada sobre los retos que atravesó el equipo de rodaje 

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No era la primera vez que la productora Bowfinger se enfrentaba a grabar en San Sebastián. Ya lo hizo íntegramente en 2013 con la película Tres 60. En este caso, el equipo de rodaje tuvo muy claro en todo momento que debían grabar La infiltrada en San Sebastián porque la historia transcurre allí.

Sin embargo, en esta ocasión, según han contado a Crónica Vasca la CEO de Bowfinger, María Luisa Gutiérrez, y la directora de la película, Arantxa Echevarría, se han encontrado con ciertas dificultades a la hora de grabar La infiltrada, cocretamente, el tiempo, la globalización y los permisos de rodaje.

El clima, una fusión entre Cádiz y Euskadi: Euskadiz

El equipo de La infiltrada en todo momento buscó un ambiente acorde con lo ocurrido en la San Sebastián de los 90, motivo por el cual se grabó en la propia ciudad. Sin embargo, a pesar de que la película fuera grabada en febrero, uno de los meses más duros de invierno, “hacía muchísimo sol y hay momentos en el que se puede apreciar en la película”, explica a Crónica Vasca Gutiérrez.

Por lo tanto, aunque la ejecución fuese más agradable y fácil, tenía otra cara de la moneda, y es que “cualquier persona se imagina un San Sebastián triste, un San Sebastián con el cielo nublado y con lluvias y esto era lo que teníamos que representar. Le llamábamos Euskadiz, porque más que San Sebastián, parecía Cádiz”.

En este sentido, según Gutiérrez, tuvieron que hacer lo contrario a lo que se suele hacer: poner nublado donde había sol. “Esto del cambio climático nos va a matar”, lamenta Ecehvarría.

La globalización, dificultad para encontrar el auténtico Donosti

“Más que con el tiempo, que al final fue estupendo, el verdadero desafío fue recrear el Donosti de los años 90”, señala Echevarría quien destaca, en este sentido, cómo la globalización ha homogeneizado las ciudades, dificultando la tarea de encontrar un San Sebastián auténtico.

La búsqueda del Donosti auténtico, sin rastro de merchandising, fue una de las tareas más complicadas: “Llegábamos a una esquina para rodar y no podíamos porque había un H&M o un Dunkin’ Donuts”, comenta la directora. Incluso en la parte más antigua de la ciudad, el casco viejo, la autenticidad era difícil de capturar: “Me sorprendió hasta qué punto la globalización ha convertido a las ciudades en calco unas de otras”.

Los permisos, objetivo conseguido

Los permisos para poder grabar una película refleja la burocracia a la que se enfrentan los equipos de rodaje, y cómo a pesar de las dificultades, logran completar la grabación en los lugares deseados.

“Hemos conseguido rodar en todos los sitios donde hemos querido rodar, o sea que el resultado final es un 10, aunque ha sido duro porque los permisos tardaban y eso nos ha complicado un poco, pero se ha conseguido”, concluye Gutiérrez.