La segunda temporada de ‘Andor’ ya se eleva como una de las mejores series de Star Wars

Hay algunos misterios en el universo Star Wars dignos de mención tales como que la más que digna y divertida Solo no funcionara bien en taquilla ni lograra resucitar al maravilloso personaje creado por Harrison Ford o que la serie Obi-Wan Kenobi aún no haya anunciado una segunda temporada para darle a uno de los más importantes personajes de este universo el recorrido que merece. Pero hay otros hechos fehacientes, irrenunciables, incontestables y absolutamente empíricos como que El Mandaloriano es una de las mejores series no de la factoría, sino de la historia de la televisión, o que Andor es uno de los mejores spin-off que se hayan realizado jamás. Porque la película Rogue One de 2016 que nos permitió conocer una de las primeras misiones de la Alianza Rebelde, ya fue buena. Pero lo que está logrando Andor es de otra galaxia. De una muy, muy lejana.

La primera temporada nos presentó al personaje Cassian Andor, protagonista de Rogue One, y cómo acabó uniéndose a una aún muy joven Alianza Rebelde casi de manera fortuita. La reafirmación del personaje como uno de los más valerosos y fundamentales espías de dicha alianza es lo que centra esta segunda temporada que terminará en el momento en que empieza la citada película realizada hace casi diez años.

Estos saltos temporales, conexiones y metatramas son ya una constante en el universo Star Wars. Algo que supone no sólo un guiño constante al espectador, al que le exige un grado permanente de atención, sino que va generando mayores afectos y filias, pues este metalenguaje, esta metatrama y este metauniverso se conciben como un todo. No en vano, Rogue One termina literalmente minutos antes del comienzo del Episodio IV. Una nueva esperanza, conectando ambos relatos como si de una única película se tratase.

Fotograma de la serie Andor

Pero la verdadera magia de todo esto es que nada se nos antoja complicado o difícil de seguir. Al revés. Las tramas de Star Wars son siempre sencillas, se pueden entender seas un verdadero friki de su universo o te aproximes de cero y sin saber nada de él. 

Y la de este espía solitario que de manera inevitable casi, como llamado o poseído por una extraña fuerza (quizás la Fuerza) a salir de sí mismo y de sus propios intereses para entregarse a los demás, es ya una de sus mejores historias. Cassian Andor es -lo será- un mártir. Y esa fatalidad casi shakespiriana eleva al personaje a una épica grandiosa, no tanto como la de Anakin Skywalker, pero en esa línea, porque desde sus inicios conocemos su final…

Andor es una de las mejores producciones televisivas de los últimos años que reivindica el mismo clasicismo que El Mandaloriano, que es un neowéstern con toques fordianos, y que en el caso de Andor se nos presente como una historia de espionaje propia del cine de los 70. 

Fotograma de la serie Andor

Pero, además, uno de sus principales aciertos, uno de sus mayores talentos es que, nos cuenten lo que nos cuenten del universo galáctico, trate de lo que trate cada historia, cada subtrama, cada personaje, cada planeta, mundo o momento del calendario canónico, siempre tendemos a adorar todo lo que tenga que ver con el origen, con lo más primigenio Star Wars: la Rebelión y el Imperio.

Y ya pueden hacer películas, series, cómics o libros de los metauniversos que quieran que los que nos criamos viendo Star Wars seguiremos entregados al Lado Oscuro y al Lado Luminoso de la  fuerza. Porque ese es el verdadero sentido de este universo, esa lucha entre el Bien y el Mal,
tan vieja como el mundo, que sí, amigos, sigue funcionando.