El perfil de la ciudad lo marca las torres de la Catedral, la Iglesia de San Nicolas y la del Campanario
Nos ponemos flamencos
Gante es la única ciudad belga con tres beaterios, antes residencias de beguinas y hoy casas familiares que siguen disfrutando de la paz que les rodea
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¿Qué tienen en común el cuadro más robado de la historia y los frescos de la Iglesia de San Juan? ¿Qué compartían Peter Paul Rubens, Justo de Gante y Antoon van Dyck? ¿Qué une, y no es el tren, a las localidades belgas de Malinas y Gante?. Respuesta: arquitectura, pintura y escultura flamenca, un estilo originario de los Países Bajos en los siglos XV y XVI.
Los hermanos Van Eyck son los autores de “La adoración del Cordero Místico”, considerada una de las pinturas más influyentes del mundo
Gante, la ciudad de las tres torres
El perfil de la ciudad lo marca las torres de la Catedral, la Iglesia de San Nicolas y la del Campanario
Sin pasar por museos, la confirmación de la maestría de los pinceles de Rubens, van Dyck o van Eyck, llega con la visita a los lugares para el que sus trabajos fueron ideados: las iglesias. Imprescindible la visita a la Catedral de San Bavón, cuna de “La adoración del cordero místico”. El recorrido con audioguía 3D vale cada uno de los 16 euros que cuesta. Antes de llegar al Políptico de Gante, como también se llama el cuadro, la narración desgrana los avatares que vivió el lienzo antes de recuperar su versión original a falta del Panel de los jueces, que continúa desaparecido.
La pintura fue desmontada y escondida en la torre de la catedral para ponerlo a salvo de la iconoclastia. Corrió serio peligro durante la revolución francesa. Sus paneles fueron desmembrados, robados y vendidos. Permaneció oculto en una mina de sal austriaca y su pintura fue retocada. El cordero místico, considerada la obra más bella de la cristiandad, ha sobrevivido a tanto contratiempo.
Una escultura en la parte posterior de la catedral homenajea a los hermanos Van Eyck. Otras grandes obras que podemos encontrar en su interior son el tríptico de “El Calvario”, obra de Justo de Gante y la conversión de San Bavón, de Rubens
También pueden hacerlo quienes accedan a esta torre de vigilancia con un gran reloj en el exterior, instalado en el siglo XV. La tercera gran torre, la de San Nicolás, que había ejercido labores de vigilancia, es otra superviviente de la iconoclastia. Se edificó junto al mercado sobre un antiguo templo incendiado y tras los desastres de la Revolución francesa y Guerras Mundiales fue restaurada en el siglo XX. Las vidrieras y el órgano son su gran atractivo.
Nunca llegó a concluirse la torre de la Iglesia de San Miguel donde se puede ver “La resurrección de Lázaro”, obra de Otto Venius, maestro de Rubens y el “Cristo en la Cruz”, obra encargana a Rubens que delegó en Van Dyck por falta de tiempo. Desde la iglesia de Santiago, donde se encuentra “La crucifixión”, de Coxie, parten los peregrinos hacia Compostela.
De la lana al lino, sin olvidar el algodón y el grano. Ese podría ser el resumen de poder económico de Gante que una vez recuperada del declive del siglo XVI, llegó a ser en el XIX la primera ciudad industrial de los Países Bajos. Una riqueza que se exhibía en los edificios: palacios y torres, cuya edad delatan los materiales. Caliza en el siglo XIV, arenisca blanca en el XV y ladrillo en el XVI. En un baile de apariencias, los gremios construían como los patricios y estos, a su vez, edificaban torres imitando a la nobleza.
El Consistorio comenzó a construirse en el siglo XV en estilo gótico flamígero, pero tras la confiscación de bienes por parte de Carlos V el diseño se redujo a la cuarta parte y no fue hasta el siglo XVII cuando se continuó ya en un estilo totalmente diferente. A poca distancia el “informal” callejón de los grafitis, que esconde una interpretación oculta de Jan Van Eyck. Los grafiteros conocen las normas: no ocultar el trabajo de otros colegas ni molestar a los vecinos. La ruta completa pasa junto al Castillo de los Condes, residencia de los condes de Flandes, fortaleza y prisión levantada a las orillas del río Lys.
El vestíbulo puede visitarse los días laborables entre las 8 de la mañana y las cinco de la tarde
Roa o Bué The Warrior son dos grandes grafiteros
Es el único castillo medieval con foso que queda en Flandes en el que se puede encontrar una colección de instrumentos de tortura
El privilegio de Gante es encontrarse sobre la confluencia de los dos ríos más importantes de Flandes: el Escalda y el Lys. Un paseo por los muelles de Graslei y Korenlei, sobre los que se mantienen las casas gremiales y la aduana- el edificio más estrecho de la ciudad-, evidencia que lo que fue centro económico es ahora el centro turístico en el que los visitantes disfrutan de la cultura cervecera de la ciudad .
Desde Gante se llega a Brujas por un brazo canalizado del río Lys
Gante es la única ciudad belga con tres beaterios, antes residencias de beguinas y hoy casas familiares que siguen disfrutando de la paz que les rodea. El Pequeño, en el interior de la ciudad, y el Gran Beaterio, que al igual que el de Santa Isabel pueden visitarse, han sido declarados por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad.
Las beguinas sobrevivían gracias a sus propios trabajos. Estas mujeres laicas, cristianas, pero sin votos espirituales, aceptaban la castidad y humildad para sí mismas
Comer y dormir en Gante
Nariz de Gante o Cuberdon: Una especie de gominola rellena de muy laboriosa elaboración.
Waterzzoi, plato típico de Gante, y mejillones en 't Vosken, un café-restaurante con gran terraza, junto a la Catedral.
Las opciones multiculturales abundan en el pintoresco barrio de Oudburg y Patershol.
La brasserie Pakhuis, ubicada en un antiguo almacén, ofrece platos tradicionales y marisco.
Para dormir, Yalo es un hotel boutique de 92 habitaciones, bar de cócteles, terraza y restaurante. Muy recomendable.
La ciudad más bicicletera de Flandes
Malinas, donde llegó el primer tren de la Europa continental, rivaliza con Gante por el título ecológico que prioriza los velocípedos sobre los turismos.
Malinas es una ciudad cómoda para caminar, pasear o andar en bici en la que no faltan parques
El recorrido por Malinas, durante un tiempo residencia de la Corte, pasa por visitar alguna de sus iglesias históricas. Ninguna opción es mejor que otra y todas admirables. En la iglesia Nuestra señora de Hanswijk, deslumbra Fayd’herbe, alumno de Rubens, que además de la construcción del edificio se encargó de los relieves “La adoración de los pastores” y “Subida al Calvario” a los que, para liberarlos de peso, elaboró en estuco. Sin embargo, una de las obras maestras de Rubens, “La adoración de los Magos” se encuentra en la iglesia de San Juan y en la de Nuestra Señora más Allá del Río, su tríptico monumental “El melocotón milagroso”.
La Catedral, con una torre más baja de lo previsto, custodia además del relicario de San Rumoldo “El Cristo en la Cruz “de Dyke , alumno de Rubens, y el tríptico de “La muerte de San Sebastian”, de Coxciu, pintor de la corte. Con un exterior modesto, Santa Catalina, donde fue bautizado el abuelo de Beethoven, asombra con el púlpito de Pieter Valckx. Opuesto a la modestia es la iglesia barroca del beaterio, inspirada en modelos italianos y construida con aportaciones de las familias de las beguinas. Del exterior se encargaron prestigiosos arquitectos del momento y en el interior cuelgan obras de van Loon o Cossiers.
Siguiendo la técnica de Rubens, Faydherbe realizó esta obra que se caracteriza por su dinamismo. En Hanswijk, altares, ppnturas, estucos, confesionarios… todo queda inundado de luz
Malinas conserva una de las doce puertas amuralladas que la protegían de los asedios. A partir del siglo XIII fueron transformándose para adaptarse a la ciudad, hasta que en mil novecientos se derruyeron todas excepto la Brusselpoort. Conserva también uno de los siete molinos que había a las orillas del río Dyle, Volmolen, que se encargaban de regular el nivel del agua y usaban la energía para moler grano.
De Malinas no te irás sin pasear la Grote Markt porque allí, además de la catedral, está el ayuntamiento construido en distintas etapas entre los siglos XIII y XX aunque, a la vista del diseño neogótico de la última etapa cueste imaginarlo. Las torres del ayuntamiento y de San Romualdo nunca llegaron a alcanzar la altura prevista debido a la crisis textil. La primera de ellas llegó a usarse como prisión y la segunda, desde la que se obtienen las mejores vistas de la ciudad, era responsable de la custodia de los documentos importantes.
El actual ayuntamiento fue la antigua lonja de paños. Previamente las funciones consistoriales se habían llevado a cabo en las actuales oficinas de turismo y correos
Malinas es una ciudad de detalles. La mayor parte de las fachadas de la plaza, donde paraba la diligencia que iba de Bruselas a Amberes, son de los siglos XVI al XVII. Hoy, las casas junto al agua son las más demandadas y caras de la ciudad
Hay un nombre inseparable a la historia de Malinas. El patrimonio de la ciudad se debe en buena medida a Margarita de Austria, de quien se enamoró perdidamente Juan de Aragón y Castilla, único hijo varón de los Reyes Católicos, que desoyó los consejos de no contraer matrimonio. Seis meses después de hacerlo, murió .Se decía que debido a la desbordada pasión sexual, aunque fue la tuberculosis la que llevó a la tumba a un joven enfermizo desde la infancia.
El Palacio de Margarita, con su imagen en la fachada, es actualmente sede de los juzgados. Una gran estatua de la mujer que convirtió a la ciudad en lugar de encuentro de artistas, se levanta en medio de la Plaza Mayor.
Tampoco tiene el uso primitivo Cellekens, una antigua casa de acogida para mujeres sin recursos. Ahora es propiedad privada, pero las rejas de la puerta no impiden ver los jardines y esculturas que instalaron los artistas que adquirieron el lugar. En amarillo y en bronce, una frente al ayuntamiento y otra tras la catedral, dos estatuas del mismo individuo, el Opsinjoorke, representan a los maridos borrachos que daban mala vida a sus esposas.
Margarita de Austria, gran mecenas del arte y la cultura, reunió una gran colección de obras de arte que incluía trabajos de El Bosco o van Eyck
El nombre del muñeco original era “Sotscop” , lo que venía siendo “ novio malvado” pero tras un incidente durante el manteo pasó a llamarse “Opsinjoorke”, algo así como “sobre el señor”, en referencia al hombre sobre el que el muñeco había caído
Tras un abandono de más de cincuenta años, la iniciativa privada ha otorgado nueva vida al edificio
En las torres de Malinas suenan los carillones, no en vano allí se encuentra la primera escuela internacional del mundo, fundada hace más de un siglo por Jef Denyn. Acuden estudiantes de todo el mundo y cada cinco años los mejores carilloneros compiten en esta especialidad reconocida como patrimonio cultural de la Humanidad. Como curiosidad, la torre de la Catedral de San Rumoldo, uno de los campanarios incluidos en el listado del Patrimonio Mundial de la Unesco, es una de las dos en todo el mundo que tiene dos carillones.
La visita a cualquiera de los dos beaterios mientras suenan las campanas- imposible que no ocurra mientras se hace- resulta aún más impresionante. Su sonido no enturbia la paz que desprenden pese a ser un lugar en el que ya no residen as beguinas. El pequeño beguinaje del centro de la ciudad es el más antiguo y en el continuaron viviendo las beguinas más mayores cuando se construyó el nuevo beaterio fuera de las murallas.
Desde principios del siglo XIII está documentada la presencia de beguinas en Malinas
Algunos afirman que fueron las beguinas quienes se iniciaron en la fabricación de cerveza. Sea o no así, en el extremo de una de las calles del pequeño beaterio se encuentra Het Anker, una de las fábricas más antiguas del país, que elaboraba, Melchenschen Bruynen, una cerveza que Carlos V pedía que se la trajeran a España.
Comer y dormir en Malinas
El antiguo mercado de la carne, De Vleeshalle, reconvertido en espacio con distintos restaurantes, es una buena opción. Beber agua, puede resultar más caro que tomar cerveza.
Encontrarás speculoos, galletas de jengibre, fácilmente. Pero los platos típicos son Mechelse Koekoek, un guiso de pollo, y el Vol-au-vent, un hojaldre de pollo o carne.
La fábrica Het Anker fundada en 1471 y que puede visitarse, elabora la prestigiosa Gouden Carolgent.
Aunque no preveas una visita al Palacio Hof van Busleyden, hoy museo, puedes disfrutar de los jardines que comparte con el pequeño Café-bar de la esquina, donde sirven lunchs.
Novotel Centrum, a orillas del Dijle, y a escasos cinco minutos del centro. Desayunos muy buenos.
Curiosidades
Si en las calles de Malinas, ves dibujados sobre el suelo varios círculos concéntricos, significa que antes, bajo el pavimento, pasaba un canal.
Los pequeños salientes a la orilla del río eran los puntos más habituales para defecar.
Los canales se comunican con las calles laterales mediante plataformas que se cierran durante la noche.
Conclusiones
Estar a pocos kilómetros de la capital belga, Bruselas, y de la pintoresca Brujas, donde la huella de los maestros flamencos es igualmente profunda, no debería restar visibilidad a Malinas ni a Gante. Ambas ciudades son por méritos propios destacados lugares para pasear, disfrutar y ampliar conocimiento. Un lujo gratis.
No basta con la búsqueda de estos cuadros. La entrada en cualquiera de las iglesias sorprenderá por sus púlpitos en oscura madera de roble.
Conviene mirar de frente y a lo alto de los edificios para descubrir en sus fachadas y tejados sorprendentes detalles.
Por estas ciudades pueden realizarse recorridos especializados en murales- muchos de ellos realizados por Guielen-, estatuas, iglesias, gastronómicos o dedicados a la cerveza.