Fotograma de ‘Un fantasma en la batalla’, retrato sobrio y poderoso de la lucha contra ETA.

Fotograma de ‘Un fantasma en la batalla’, retrato sobrio y poderoso de la lucha contra ETA. Redes

Cultura HABLEMOS DE CINE

‘Un fantasma en la batalla’, retrato sobrio y poderoso de la lucha contra ETA

Agustín Díaz-Yanes regresa con un thriller vibrante sobre otra infiltrada en el corazón del terrorismo y que está disponible en Netflix

Más de la autora: Una actuación monumental de Julia Roberts en 'Caza de brujas'

Publicada

Noticias relacionadas

El cine sobre ETA, desde 'La infiltrada' (2024) a 'El lobo' (2004) goza de buena salud. Películas como 'Yoye's (1999), 'Maixabel' (2021) o la serie 'Patria' (2020) han gozado de un gran respaldo por parte de la crítica y el público que han entendido, desde siempre, que de nuestro doloroso pasado reciente se pueden hacer grandes películas. Algunas de ficción, otras basadas en hechos reales, pero todas verdaderamente tristes. Y 'Un fantasma en la batalla' formará ya siempre parte de este grupúsculo de películas imprescindibles sobre una de las épocas más duras de nuestra historia.

Agustían Díaz-Yanes, el director madrileño, el de 'Alatriste' y 'Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto', a sus 75 años y de vuelta de la vida, ha realizado su película más madura, más adusta, más sobria… Y seguramente la mejor. Una de esas que hay que ver.

El filme, producido por José Antonio Bayona, Belén Atienza y Sandra Hermida, y disponible en Netflix, vuelve sobre la idea de una infiltrada en ETA perteneciente a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Elegantemente planteada como una historia que podría haber pasado, no podemos evitar pensar que está más basada en hechos reales de lo que nos cuentan. No es 'La infiltrada', no es 'Yoyes', no es 'El lobo', pero podría serlo. Seguro que lo fue.

En este caso, la película se centra en la historia de Amaia, una guardia civil veinteañera, retraída y sin familia, que se pasa una década trabajando como agente encubierta dentro de ETA. El papel de la actriz Sandra Abaitua en la piel de esa mujer que se juega el pellejo por sacar información del corazón mismo de la banda terrorista, es contenido, pero poderoso.

Es un filme necesario, riguroso, modélico casi, que no te da un respiro ni te suelta un momento. Una película sobre la heroicidad sin héroes, sobre las heridas que los que lucharon por todos llevaron siempre consigo, sobre esas medallas que no recibieron, sobre esos sacrificios que nadie les reconoció…

Sorprende muchísimo cómo desde la sobriedad, sin efectismos ni un montaje en progresión que nos vaya llevando de la mano hacia una tensión evidente -algo muy presente en el género del thriller y muy lícito también- Díaz-Yanes sea capaz de construir una historia que no abandona nunca un cierto tono documental. A ello contribuye la alternancia, casi constante, de imágenes de archivo con la propia historia de la película, lo que le aporta un realismo que llama poderosamente la atención, que nos duele mucho más.

Cartel de la película con Sandra Abaitua.

Cartel de la película con Sandra Abaitua. Netflix

Esta somera crónica de nuestra historia, este filme que no te da un respiro desde su parsimoniosa serenidad, cuenta, además, con un elenco de actores igualmente buenos que Sandra Abaitua, desde el siempre eficaz Raúl Arévalo a una maravillosa Ariadna Gil, pasando por Andrés Gertrúdix y Araia Elias, todos ellos en papeles poco amables, en la piel de hombres y mujeres duros que, insistimos, desde la contención, saben llevar sus personajes a un nivel de realismo pasmoso que demuestra no sólo que son grandes intérpretes sino que Díaz-Yanes es un excelente director de actores.

'Un fantasma en la batalla' -que lo peor que tiene es el título- es un filme necesario, riguroso, modélico casi, que no te da un respiro ni te suelta un momento. Una película sobre la heroicidad sin héroes, sobre las heridas que los que lucharon por todos llevaron siempre consigo, sobre esas medallas que no recibieron, sobre esos sacrificios que nadie les reconoció… Y que algunas veces el cine es capaz de reflejar mejor que nadie.