La vuelta de Drácula y Frankenstein revitaliza los grandes clásicos del horror.

La vuelta de Drácula y Frankenstein revitaliza los grandes clásicos del horror. Netflix

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La vuelta de Drácula y Frankenstein revitaliza los grandes clásicos del horror

Luc Besson y Guillermo del Toro dirigen las nuevas versiones de los dos grandes personajes

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Bela Lugosi dio vida a Drácula por primera vez en 1931 y Christopher Lee en 1958. Y aunque el primero se metió en la piel del conde de Transilvania en muy pocas ocasiones y, el segundo, en nueve, ambos han estado siempre asociados a la iconografía de uno de los personajes más aterradores de la literatura y el cine, ese vampiro siniestro que se alimenta de sangre humana.

Ha habido más de 200 películas que han presentado al personaje de Drácula de alguna forma, con mejor o peor fortuna, siendo una de las mejores de todas ellas la lírica e incomprendida 'Drácula de Bram Stoker' de 1992 que dirigió Francis Ford Coppola con Gary Oldman haciendo del atormentado conde. Y es que, cada cierto tiempo, el vampiro se levanta de su tumba y nos trae una nueva versión de su propia leyenda.

Y ahora es el francés Luc Besson, el magnífico director de 'León el profesional', 'El quinto elemento' y 'Juana de Arco' el que se pliega a esta historia eterna con su particularísimo estilo en la película 'Drácula: A love tale'.

El título es ya toda una declaración de principios que, no en vano, no ha terminado de convencer a los más puristas. En el Festival de Sitges se criticó especialmente que la película se centre más en los sentimientos amorosos de Drácula que en la profundidad terrorífica del personaje.

Con todo, lo más embaucador de la propuesta de Besson es la apuesta estética del filme, gótico-romántica al más puro estilo de la Hammer, pero con una ampulosidad y teatralidad renovada y magnífica.

Otro director de primer nivel, en este caso Guillermo del Toro, amigo de lo fantástico y de los cuentos de hadas, desde 'El laberinto del fauno' a 'La forma del agua', ha vuelto su mirada sobre otra de las grandes figuras de la literatura del horror: Frankenstein.

 ¿Estaremos ante una nueva moda como lo fueron aquellas películas de Hammer? De ser así, se aproximan tiempos fascinantes para el cine de género

Publicada por Mary Shelley en 1881 y llevada a la pantalla de una manera u otra en más de 200 ocasiones, el barón obsesionado con la inmortalidad ha sido interpretado por Kenneth Branagh, James McAvoy, Gene Wilder -en clave de comedia- y, por supuestísimo, Peter Cushing, mientras que en la piel de su diabólica criatura hemos visto a toda clase de actores, desde Boris Karloff  a Robert de Niro.

En la versión del cineasta mexicano, Oscar Isaacs se mete en la piel de Victor Frankenstein y Jacob Elordi (¡¡alerta adolescente!!) en la de su espeluznante criatura. Coproducida por Netflix, la cinta ha tenido un estreno mixto, esto es, limitado en salas de cine en octubre para llegar a la plataforma este mes de noviembre ante una enorme expectación.

Como es habitual en todo el cine del director, la obra es visualmente rica, el desarrollo dramático de ambos personajes es enormemente poderoso y el lirismo operístico de la banda sonora de Alexander Desplant es brillante.

Con estas dos películas estrenadas prácticamente a la vez no podemos sino subrayar que estas dos nuevas versiones de dos de los relatos de terror más fascinantes de todos los tiempos indaguen más en sus aspectos melodramáticos de sus personajes que en el horror mismo. ¿Estaremos ante una nueva moda como lo fueron aquellas películas de Hammer? De ser así, se aproximan tiempos fascinantes para el cine de género.