En el primer 1 de Mayo más cercano a la normalidad pandémica, el 2022 tampoco ha arrancado de una forma particularmente tranquila para Loli García (Barakaldo, 1968). La secretaria general de Comisiones Obreras en Euskadi, que seguirá en el puesto hasta 2025 como mínimo, ha visto como a la pandemia le ha salido como sustituta en el ámbito laboral la crisis derivada de la guerra en Ucrania, que le ha hecho lidiar con empresas "plañideras", como ella dice con cierta sorna. Antes ha vivido un agónica votación de la reforma laboral que estuvo a punto de hacer que CCOO se levantase del diálogo social vasco.
Es el primer 1 de Mayo normal en tres años, sin mascarillas. ¿Han mejorado las condiciones de los trabajadores vascos a lo largo de estos dos años o han empeorado?
Creo que han mejorado, porque hemos hecho muchas cosas a lo largo de estos dos años. Han sido dos años muy duros de enfrentarnos a algo que no conocíamos, pero creo que desde el ámbito sindical hemos sido capaces de generar certezas poniendo la salud en primer lugar y buscando después acuerdos que garantizaran el mantenimiento del empleo. Por primera vez en toda la historia el empleo estaba en mejor situación que un PIB que cayó en picado. Hemos trabajado mucho porque la gente necesitaba mucho apoyo. Ha habido muchos procesos de negociación, de debates, de mucha movilización...
Creo que estamos en mejores condiciones porque hemos mantenido el empleo. Estamos ya en los niveles prepandemia, pero es que además tenemos una serie de acuerdos encima de la mesa que van a hacer que las cosas vayan muchísimo mejor: el acuerdo de pensiones, el acuerdo de reforma laboral, del que vamos a ver a lo largo de este año sus efectos en el incremento de la contratación indefinida... Son logros importantes y, aunque quedan muchas cosas por hacer, creo que que hemos avanzado mucho estos dos años.
Nos quedan todavía trabajadores en el ERTE para los que se antoja difícil una vuelta a la normalidad. ¿Qué propone hacer Comisiones con todos esos trabajadores que llevan más de dos años parados?
Estamos hablando ahora de un colectivo de personas muy concreto, perteneciente a sectores muy concretos; fundamentalmente el de las agencias de viaje, que además parece que empiezan a recuperar actividad. Nosotros creemos que ese empleo se va a recuperar. En todo caso, lo que estas empresas tendrían que estar haciendo es aprovechar este tiempo para hacer formación a sus trabajadores y trabajadoras, buscar ámbitos nuevos de cualificación... Pero a día de hoy estamos hablando de muy pocas personas ya.
El paro ha crecido en Euskadi durante el primer trimestre de 2022. ¿La guerra de Ucrania y sus derivadas nos dejarán consecuencias estruturales o coyunturales?
Sobre Ucrania lo primero que tengo que decir es que rechazamos de manera rotunda la invasión de Rusia en Ucrania. Esto nos ha llevado a un drama humanitario de inmensa profundidad en Europa que no pensábamos que pudiera llegar a darse. Sobre las consecuencias económicas, son muchas. La dependencia de materias primas y energética no solo del conjunto de España, sino de toda Europa nos lleva a que cualquier movimiento que se pueda dar en el ámbito geopolítico sea susceptible de dejarnos en una situación de debilidad.
Pero esto ya lo veníamos planteando desde la pandemia. Ahora parece que nadie se acuerda, pero no había ni una fábrica en este país que fabricara EPIs. No hemos apostado por un cambio de modelo productivo que nos lleve a localizar la producción en nuestro país, y eso conlleva que cualquier movimiento genera crisis. Ahora hay que frenar de manera clara los precios de la energía, pero no puede ser que nuestro país, con el nivel de sol que tiene, tengamos una dependencia energética tan brutal. Pero primero hay que frenar los precios de la energía. No se entiende que la energía más cara sea la que marque el precio de toda la energía. Aquí alguien se está haciendo de oro y no es el Gobierno, son las eléctricas; de hecho el Gobierno ha dado un paso esta semana.
Pero usted ha mencionado unos problemas que no son coyunturales
A partir de ahí, hay que trabajar en un modelo de transición energética que apueste por las energías renovables y que nos dé independencia energética para caminar hacia otro modelo de transición más justa y más adecuada con el planeta. Pero ahora hay que cortar estos precios de la luz, hay que atender a los colectivos más vulnerables. Y esto pasa por dar ayudas a quienes tienen salarios más bajo y están viendose brutalmente afectados por el incremento del IPC. Hay que bajar también el precio de los alquileres y hay que subir los salarios de los trabajadores y trabajadoras en base al poder adquisitivo mediante claúsulas de revisión salarial, porque si no la crisis todavía puede ser mayor.
Pero la inflación está en un 8,4% y son mayoría las empresas que dicen que no pueden subir los salarios a ese nivel y que es el momento de rubricar un pacto de rentas...
(Interrumpe) No sé que se entiende por un pacto de rentas. Lo que nosotros entendemos por pacto de rentas es que los trabajadores tienen que cobrar los salarios que son justos. Y en estos momentos los salarios tienen que estar en garantías de poder adquisitivo.
Lo que nosotros entendemos por pacto de rentas es que los trabajadores tienen que cobrar salarios justos
¿Y si las empresas les proponen fórmulas de subida a tres años vista como las de Bridgestone?
Son fórmulas que habrá que ver en cada sector, pero hay que garantizar la recuperación del poder adquisitivo de los salarios con claúsulas de revisión salarial
¿Pero a usted le vale una revisión salarial a tres años vista como la de Bridgestone?
A tres años vista no. Hay que ir a año vista. Las claúsulas de revisión anual tienen que ser a año vista, no pueden ser a tres años vista.
¿Qué van a hacer si las empresas les dicen que no pueden?
Veremos conflictividad en la calle. Pero es que el discurso de que las empresas no pueden es un poco ruín, porque las empresas están incrementando los precios, las empresas no tienen pérdidas y no puede ser que se incrementen los precios y a la vez se congelen los salarios. Es que esto, además, va en detrimento de nuestra propia economía, porque se basa de una forma muy importante en la demanda interna. Si no hay subidas salariales, se va a contener el consumo y nos va a afectar directamente en la economía. Aparte de no ser justo, va a afectar a nuestra economía. La subida del IPC no viene motivada por las subidas salariales ni va a crecer más por las subidas salariales. Es que es de justicia, ¿eh? Ya pagamos la crisis en los años 2008, 2009 y 2010. Y ahora vamos a ser muy beligerantes en todos los convenios colectivos para garantizar el poder adquisitivo de los salarios de todos los trabajadores y las trabajadoras
Vamos a ser muy beligerantes en todos los convenios colectivos para garantizar el poder adquisitivo de los salarios de todos los trabajadores y las trabajadoras
Ha mencionado la atención a los más vulnerables. ¿Considera suficiente el paquete de 15 millones lanzado por el Gobierno vasco para los más afectados por las consecuencias de la guerra?
Es claramente insuficiente. Creemos que las medidas que se han acordado son positivas, pero son claramente insuficientes. Hay una descompensación, además: del total del presupuesto extraordinario que se ha dedicado a estas medidas, tres cuartos van dedicados a las empresas y un cuarto a las políticas sociales, a los ciudadanos que lo necesitan.
Y luego hay una segunda reflexión: los fondos a empresas no están condicionados y son fondos públicos. Las ayudas son totalmente insuficientes para llegar a todas las personas que a día de hoy lo necesitan. Y en Euskadi tenemos un instrumento muy potente que puede aprovecharse precisamente para dar respuesta a esas personas que están pasando lo peor, que es la renta de garantía de ingresos (RGI). Se podrían ampliar los colectivos a los que les puede llegar y se podrían ampliar las prestaciones de la RGI para aquellas personas que están en mayor situación de vulnerabilidad
¿Los remanentes que tanto pide la oposición al Gobierno que ponga en uso serían una forma de financiar esa ampliación de la RGI?
También sería una solución. Además creo que es un momento apropiado hacerlo porque vamos a tener una transferencia del ingreso mínimo vital (IMV) y aquí el IMV se va a compatibilizar con la RGI. Quizá es un buen momento para extender a más personas la propia prestación para llegar a aquellos hogares que realmente lo necesitan y para incrementar no solo los colectivos de personas a las que se les puede dar, sino incrementar también la cuantía.
La financiación del Instituto Vasco de Finanzas debería estar condicionada al mantenimiento del empleo
Zedarriak dice que Euskadi ha perdido competitividad y mientras siguen aumentando también las empresas vascas atestadas de capital extranjero. ¿Le preocupa esto a Loli García?
Claro que preocupa, porque esto nos lleva a un escenario de deslocalización de la actividad productiva, nos lleva a una dependencia de nuestros ámbitos energéticos muy importante. Creo que tenemos que cambiar eso de manera radical. Si algo hemos debido aprender de la pandemia es la necesidad de tener una industria fuerte y potente en nuestro país para que dé salida a las necesidades que se puedan dar en cualquier momento. Y esto pasa por apostar por productos de alta calidad. Nosotros no vamos a poder competir con China o con algún otro país en costes laborales, pero si vamos a poder competir en la calidad de los productos que hacemos. Hay que hacer una apuesta por ese cambio de modelo productivo.
También creo que alguna cosa hay que decirle al Departamento de Industria, al Gobierno vasco. Se están inyectando fondos públicos, que se pagan con impuestos a muchas empresas y ese dinero tiene que condicionarse con alguna medida. Primero, el mantenimiento del empleo, una garantía de mantenimiento del empleo. Y luego habrá que garantizar que esas inversiones y esas empresas se quedan en el ámbito en el que están.
¿Quiere decir que las ayudas del Instituto Vasco de Finanzas deberían estar condicionadas a un compromiso de mantener el empleo?
Desde nuestro punto de vista, de manera clarísima. Al menos eso hemos hecho a nivel estatal, porque son fondos públicos que se pagan con impuestos, que pagamos fundamentalmente los trabajadores y trabajadoras.
El PNV y EH Bildu han votado esta semana a favor del decreto de medidas por la guerra que incluye la bajada del precio del carburante entre otras medidas. Los votos vascos han salvado ahora al Gobierno al que dejaron al borde del precipicio con la reforma laboral. ¿Se le ha pasado ya el disgusto con el PNV?
(Seria) No era un tema de enfado
He dicho disgusto
Ni de disgusto, ¿eh? A mí me pareció en su día y me sigue pareciendo de mucha irresponsabilidad tanto por el Partido Nacionalista Vasco como por Bildu, como algunas otras fuerzas políticas del ámbito de la izquierda. Primero porque es un cuestionamiento al diálogo social y cuestionarse la legitimidad democrática de un instrumento como el diálogo social me parece muy peligroso. Ese es un camino que nos puede recortar libertades democráticas fundamentales que nos costó muchos, muchos años de lucha y de pelea conseguir.
Eso por un lado. Y segundo: en las 47 páginas del acuerdo de reforma laboral no hay ni una sola medida lesiva ni de retroceso. Todas son mejoras, garantías de derecho. Me lo puede explicar del derecho, del revés o de cualquier forma. Puedo entender que les parezca insuficiente, pero de ahí a votar en contra de algo que supone un claro avance en derechos para los trabajadores y las trabajadoras... pues no es entendible. Sobre todo, porque creemos que lo que había de fondo no era el contenido de la reforma laboral, sino otras cuestiones de estrategia partidista y electoral de estos partidos y de otros muchos más que, de no salir la reforma laboral, nos habrían dejado hoy en un escenario muy complicado. Nosotros lo que le exigimos al PNV es un compromiso claro de apuesta por el diálogo social. Porque en el diálogo social tú puedes decir que la mayoría sindical no estaba, pero es que la mayoría sindical vasca no quiere estar, nadie se lo impide; por eso no ha estado en el acuerdo.
Cuestionarse la legitimidad democrática de un instrumento como el diálogo social me parece muy peligroso
¿Por qué sigue Comisiones Obreras en el diálogo social vasco?
Bueno, porque hemos conseguido abrir un debate importante sobre lo que supone el diálogo social, sobre lo que es el diálogo social. Ha habido un posicionamiento claro del PNV tanto por parte del lehendakari como del presidente del partido y vamos a trabajar ahora en una ley de participación institucional vasca. ¿Y esto qué quiere decir? Pues quiere decir que el Parlamento, los partidos políticos, tendrán que poner blanco sobre negro y decidir cuál es el papel de los agentes sociales en la incidencia de las políticas públicas de este país
La construcción se ha quejado de que la reforma laboral pone en riesgo su trabajo con la desaparición del contrato de obra y servicio. ¿Es realmente un problema?
No, porque hay un contrato que se recoge, que es el contrato fijo de obra. Lo que pasa es que luego, claro, las empresas tienen que hacerse responsables de buscarle otra obra a esos trabajadores; es decir, un contrato fijo
Pero cada construcción es diferente y...
(Interrumpe) Las empresas lo que tienen que hacer es dejar de quejarse tanto. Se pasan el día quejándose, parecen plañideras. Han recibido fondos públicos a lo largo de estos años por un tubo y no puede ser que las empresas pretendan ganar siempre. Los beneficios se tienen que invertir también en las empresas y en sus plantillas. Lo que no puede ser es que aquí las empresas hayan estado apostando por externalizar los riesgos vía subcontratación, vía trabajadores y trabajadoras temporales. Y esto no es admisible. Porque en un momento que venían mal dadas, la empresa se deshacía de los temporales y no tenía ninguna obligación. Ese paradigma hay que cambiarlo. Esos trabajadores son trabajadores de plantilla, trabajadores indefinidos. Y cuando vengan problemas tenemos los mecanismos de flexibilidad interna pactada para dar soluciones con mantenimiento del empleo. Este es el paradigma que hay que cambiar en las empresas.